El libro infantil busca divertir para crear lectores
Entretener y divertir para crear la afición por la lectura parece ser la divisa de las colecciones de literatura infantil y juvenil. Así lo comentó ayer Victoria Chapa, directora de libro infantil de Alfaguara, que presentó tres nuevos títulos que apuntan en esa dirección.Se trata de Trapos sucios, un nuevo libro del popular personaje de Manolito Gafotas, que ha convertido a Elvira Lindo en una de las autoras que más ejemplares ha firmado en la Feria del Libro; de una guía de servicios y turismo para niños con el nombre de ¡Nos vamos de campamento!, y de Roger AX, una historia de la humanidad en clave de juego y con un lenguaje adolescente pensado para jovencitos en torno a los 12 o 14 años. Este último título, obra de Carlos García Retuerta, periodista y guionista de televisión, narra las peripecias de un extraterrestre que transita por las distintas etapas de la historia universal.
Los niños deciden
En opinión de Victoria Chapa, los niños siempre tienen la última palabra cuando llega la hora de elegir los títulos. "Es falso aquello de que son los profesores o los padres quienes deciden", comenta, "y aunque en primera instancia pueda ser cierto, si los niños rechazan un libro o un personaje, nunca más lo leerán". Esta responsable de literatura infantil cree que resulta necesario adaptar la calidad y la cultura a los gustos de los niños y está convencida de que "los medios audiovisuales nunca podrán reemplazar la magia y la imaginación que suscitan los libros".El único límite que Victoria Chapa pone a este tipo de literatura es la violencia. "No creo que se deban fomentar actitudes violentas", comenta la editora. Ahora bien, lo que está causando furor entre los pequeños es la serie Sobresaltos, de Alfaguara infantil, que incorpora unas cintas para que los niños puedan escuchar también estas narraciones fantásticas y de terror.
Esta editorial va a continuar en los próximos meses con la publicación de narraciones infantiles escritas por novelistas ya consagrados como Rosa Montero, Juan Madrid, J. J Plans o Jordi Sierra. "Pretendemos", señala Victoria Chapa, "que los pequeños se aficionen a autores que luego podrán leer cuando sean mayores".
Con una permanencia en las estanterías mucho mayor que en los casos de libros para adultos los textos infantiles suelen mantenerse en cartel durante una media de cuatro o cinco años. De otro lado, los grandes clásicos, los libros que han marcado a generaciones y generaciones, se reeditan una y otra vez.
Babelia
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