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56º FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Leguina confiesa en un libro sobre mujeres su gusto por las malvadas

Miguel Ángel Villena

Pocos, muy pocos políticos, compaginan los cargos públicos con el ejercicio de la literatura. El diputado socialista y ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, es uno de ellos. Autor de tres novelas -una de ellas, Tu nombre envenena mis sueños fue llevada al cine por Pilar Miró - el autor no se conforma con la narrativa y acaba de hacer una incursión en el género de perfiles de personajes con un libro titulado Malvadas y virtuosas. Retratos de mujeres inquietantes (Temas de Hoy).No tiene reparos en reconocer que "las mujeres malvadas tienen más morbo", si bien su nuevo libro incluye una diversa y amplia galería de retratos femeninos. "En cualquier caso", comentó el político y literato, "me interesan las mujeres que rompen algo, las rompedoras".

La selección de perfiles no responde a ningún criterio objetivo y va desde mujeres que Leguina detesta a otras que adora. Desde Gala Dalí, calificada de "musa ingrata"; a Esperanza Aguirre, tachada de "la cólera de Dios"; desde la aventura de Hanna Arendt a la persecución de Diana de Gales; todo tipo de mujeres tiene cabida en las páginas del libro.

Al margen de las filias y fobias del autor, quizá los únicos hilos conductores de estos retratos sean el carácter libre o al menos independiente que respiran todas las señoras retratadas y el tono divertido con el que todas están dibujadas. "La mujer sola representa, en cierto modo, una mujer libre y eso sigue siendo inquietante". Esta frase de su compañera de partido y ex-ministra de Cultura, Carmen Alborch, marca el pórtico del libro y de las intenciones de Leguina.

Varones, en retroceso

Leguina tiene claro que los varones "son una raza débil y en retroceso" que vive menos años que las mujeres y que parece haber perdido la imaginación. "No hay nada en que los varones puedan sentirse superiores", anuncia Leguina en el prólogo de su libro. Aunque desmiente el apelativo de "obsexo" que le conceden algunos amigos, el político socialista reconoce que las mujeres le gustan mucho.Unas más que otras porque Leguina muestra, por ejemplo, una antipatía sin límites por personajes como Alma Mahler, esposa o amante de personajes tan relevantes como el compositor que le prestó el apellido, el arquitecto Gropius, el pintor Kokoschka o el escritor Werfel. En cambio, Leguina declara su devoción por Hanna Arendt o por actrices que han marcado épocas del cine como Marilyn Monroe, Ingrid Bergman o Sara Montiel.

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