La Escuela de Arquitectura de Londres expone la obra de Alejandro de la Sota
La muestra se complementa con otra de José Antonio Cordech
Diez proyectos del arquitecto Alejandro de la Sota, fallecido el año pasado, se exhiben hasta finales de mes en las instalaciones de la Asociación y Escuela de Arquitectura (AA) de Londres. La muestra se inauguró anoche con la asistencia del embajador de España en Londres, Alberto Aza, y de José de la Sota, hijo del artista y director de la fundación que lleva el nombre de su padre.
Los proyectos de Alejandro de la Sota han viajado por Estados Unidos y Europa, pero no habían recalado en Londres. La integridad del propio arquitecto retrasó en parte la difusión de su obra en el Reino Unido. "Él siempre quiso exponer en escuelas de arquitectura y rechazó una oferta que le brindamos de exhibir en un local comercial en l989", explica Javier Castañón, arquitecto y profesor de la AA.Sus deseos se han cumplido finalmente. Los cerca de treinta paneles fotográficos, dibujos y planos originales cuelgan de las paredes de un centro que los estudiantes de arquitectura visitan constantemente. Junto a este material gráfico, relacionado con diez proyectos de distintas características, se encuentran también un par de maquetas y ejemplos de su decoración interior. En la selección de la exposición colaboraron miembros de la AA así como el director de la Fundación Alejandro de la Sota. "Seleccionamos proyectos desde un punto de vista didáctico", confirma José de la Sota.
Entre ellos destacan dos obras emblemáticas del mestro gallego: el Gimnasio Maravillas de Madrid y la sede del Gobierno Civil de Tarragona. "Ambas marcan un cambio radical en su forma de entender la arquitectura. Con estos encargos, encontró su propio camino y comprendió que la razón de ser de un edificio crea una lógica que no se puede traicionar", explica su hijo y director de la fundación. Para De la Sota, el edificio debía ser coherente con las circunstancias del momento: ya sean presupuestos e ideas, exigencias del cliente o materiales. "Él solía decir", recuerda José de la Sota, "que el edificio debía hablar por sí mismo". "Se sentía huérfano ante cada proyecto", insiste.
Mohsen Mostafavi, presidente de la AA, describe la lógica de Alejandro de la Sota como "ingenuidad". "Prefería posponer el concepto visual de sus encargos. Cada edificio se desarrollaba en función de la antropología, cultura, materiales, técnicas y presupuestos. De esta forma, De la Sota encontraba soluciones pragmáticas que no había aventurado de antemano".
Tecnología
Esta característica, unida a su peculiar aproximación a los avances tecnológicos, hacen que la obra de De la Sota sea relevante en vísperas del milenio. "No tenía miedo a mantener la tradición, pero expermimentó en una época cuando pocos arquitectos españoles se atrevían a jugar con la tecnología", dice Mostafavi en referencia a la dictadura española que entorpeció la difusión internacional de la arquitectura española.Un proyecto exhibido en Londres, el Colegio-Residencia para la Caja de Ahorros de Galicia, con materiales prefabricados, muestra el afán por experimentar característico en De la Sota. "Radicaliza la idea de la prefabricación y el resultado final se integra perfectamente en el espacio", señala su hijo.
La obra de este arquitecto, que tradujo los principios del movimiento modernista a las limitaciones de España, se completa con una pequeña muestra, de José Antonio Coderch. Entre los proyectos de este arquitecto catalán destaca la Casa de la Barceloneta, realizada junto al colectivo Grupo R de arquitectos.
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