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A 'varear' Europa

300 olivareros inician en Córdoba una marcha a pie hasta Madrid contra la reforma de la OCM del aceite de oliva

Ni Jordi Llopart en sus mejores tiempos de medallista olímpico. Los olivareros andaluces tienen prisa por expresar su rotundo rechazo a la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) europea del aceite de oliva que pretende la Comisión Europea. Tanta prisa que los 300 olivareros que ayer iniciaron en Córdoba una marcha a pie en defensa del aceite de oliva imprimieron tal ritmo que cuando todavía no había quedado atrás la capital cordobesa el pelotón empezaba a perder unidades. A los cuatro kilómetros, la mayoría de los representantes de las organizaciones agrarias y sindicatos convocantes ya no aparecían en primera línea, de donde también había desaparecido ya la pancarta con el lema de la protesta: "Defendemos el olivo, fuente de vida y empleo".Sólo quedaban los que iban a recorrer los 36 kilómetros de la primera etapa. A primeras horas de la noche tenían previsto llegar a Espejo. Era el punto de partida de la primera movilización que, convocada por la Mesa para la Defensa del Aceite, llegará 11 etapas después a Madrid, tras haber recorrido las principales zonas productoras de aceite. El día 31 y frente a la sede en España de la Comisión Europea, está convocada una manifestación. La organización pretende congregar a 50.000 personas.

Manuel Rodríguez Martínez, de 38 años, hará todo el recorrido. Y es que tras hacer números sabe que se juega buena parte del futuro de su mujer y sus dos hijos si el comisario europeo de Agricultura, el austríaco Franz Fischler, impone sus criterios de eliminar las ayudas a la producción y sustituirlas por subvenciones al árbol.

El resultado de las cuentas de Rodríguez le ha llevado a defender a "fuego y sangre" su producción de 50.000 kilos de aceite anuales: "Tengo 2.500 olivos y mi renta se reduciría entre 4,5 y 5 millones de pesetas si cambian las ayudas". Una renta que ahora llega a los 10 millones de pesetas brutos, incluyendo las subvenciones. Cuando Manuel, que desde los 10 años ha crecido entre olivos, escucha el nombre de Fischler cambia de cara y respira hondo. Le considera culpable de los males que acechan al olivar español y todo por dos motivos: "No tiene ni idea y actúa movido por las familias italianas que le han metido dinero en el bolsillo de las multinacionales".

Al olivarero se le ve pesimista y no confía en las movilizaciones. Teme que la ayuda al árbol se convierta al final en un sistema que asigne un cupo de producción por países, una opción igualmente peijudicial para España. Pero se resiste: "No me van a arrancar mis olivos, porque vivo de ellos".

La de Manuel sólo es una más de las 378.500 explotaciones olivareras de España, donde se generan más de 45 millones de jornales. Y su producción una gota en las cerca de 600.000 toneladas de aceite producidas de media en España cada año, aunque en esta campaña se van a superar las 800.000.

Un sector del que, sólo en Andalucía, dependen social y económicamente más 300 pueblos. La posibilidad de que se recorten en cerca de 60.000 millones de pesetas las subvenciones de Bruselas si se implanta una ayuda al árbol o de que se puedan perder hasta 20 millones de jornales, según el sector, ha puesto en pie de guerra a los olivareros. La ofensiva diplomática para frenar la reforma emprendida por la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, tiene en las protestas y sobre todo en la unidad del sector un apoyo clave para convencer de las tesis españolas.

Países productores como Italia y Grecia no verían con malos ojos un sistema de cupo por país. Y aquí España también perdería, ya que las producciones históricas que se le reconocerían -de acuerdo a los últimos cinco años- se verían afectadas después de cuatro años de sequía, mientras que Italia ha declarado producciones por encima de la realidad, según señalan la Administración y el sector.

Los olivareros no pararán en Madrid. Una caravana del aceite, compuesta por unas 200 personas, recorrerá en junio cinco capitales europeas para concienciar a Europa de las duras consecuencias que, insisten, provocaría una reforma del mercado según la quiere Fischler.

La caravana llegará a Amsterdam (Países Bajos), el próximo 16 de junio, donde previsiblemente se oirán las protestas españolas durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno. Manuel Rodríguez espera entonces poder ser un poco más optimista. No quiere abandonar su cultivo ni dejar que los "especuladores" consigan las ayudas europeas con nuevas plantaciones.

[La reforma de la OCM del aceite volvía ayer al Consejo de Ministros de Agricultura, en Bruselas. La ministra Loyola de Palacio reiteró a sus colegas los argumentos españoles, especialmente la ausencia de datos para temer una sobreproducción de aceite de oliva. De Palacio defendió una reforma, aunque "manteniendo los elementos básicos", como la ayuda a la producción y al consumo y la estabilización del mercado, informa Xavier Vidal-Folchi.

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