Madrid y Cataluña reciben peor trato fiscal que otras regiones de igual renta en la UE

Regiones europeas con el mismo nivel de renta reciben un trato fiscal muy desigual en función de si pertenecen a un país rico o pobre. Madrid, Cataluña o Lisboa reciben un trato muy distinto al de Midi-Pirénées o Bretaña a pesar de tener el mismo nivel de renta, según pone de relieve un estudio de European Policies Research Centre (EPRC) de la Universidad de Strathclyde (GIasgow) y el Laboratoire d'Observation de l'Economie et des Institutions Locales (LOEIL) de la Universidad de París XII para la Comisión Europea. Ello significa que "las políticas de cohesión de la UPE resultan contrarrestadas por el fuerte peso de las transferencias internas de los Estados (recaudación de impuestos y distribución del gasto).

El estudio considera que desde una perspectiva europea "no existe una relación directa entre la prosperidad de una región y su estatus como contribuyente al presupuesto nacional o beneficiario del mismo". Como ejemplo de esta desigualdad cita Midi-Pyrénées y Cataluña, regiones que tienen el mismo nivel de prosperidad respecto al promedio de la Unión Europea. Así, señala que "Midi-Pyrenées está incluida en las objetivos de política regional francesa y recibe una transferencia neta del presupuesto del Gobierno equivalente al 5% de su producto interior bruto (PIB). Por contra, Cataluña no ha sido escogida por las propuestas de política regional y hace una Contribución neta del 5% de su PIB" (véase cuadro 1).El trabajo se ha realizado con datos de 1993. La transferencia 'del 5% del PIB catalán representó una aportación neta de unos 62 0.000 millones de pesetas. Hay que tener en cuenta que 1993 fue un ejercicio en plena crisis y, por tanto, la aportación de Cataluña fue inferior a la de otros años mientras que las subvenciones recibidas fueron mayores.

Los autores del trabajo -Fiona Wishlade, Douglas Yuill y Sandra Taylor del EPRC y Laurent Davezies, B.H. Nicot y Rémy Prud'homme del LOEIL- destacan varias implicaciones políticas de esta desigualdad al afirmar que "como consecuencia de las políticas de cohesión nacional, las regiones ricas de los países más pobres (Cataluña) han de pagar a las regiones más pobres de sus países mientras que las regiones más pobres de los países ricos (Midi-Pyrénée) son subsidiadas por las regiones más ricas de su propio país. Iguales (Cataluña y Midi -Pyrénées) no son tratadas igualmente. Las políticas de cohesión nacional frecuentemente van en contra de las políticas de cohesión europeas. Esta contradicción básica debe ser analizada, valorada y corregida". "Este es el mayor desafío para la política regional a nivel de la UE".

Deslocalización de empresas

Los autores señalan que este trato desigual que reciben distintas regiones del mismo nivel de renta puede provocar deslocalizaciones empresariales aumentando las desigualdades regionales. El estudio señala que "algunos agentes situados en regiones que son contribuyentes netos en las partes más pobres de la UE podrían emigrar hacia áreas más ricas donde pueden ser beneficiarios netos". Y señala que "una empresa localizada en Madrid o Barcelona (pero también en Lisboa o Thessalonika) podría fácilmente comprender que es mejor operar y pagar impuestos en una zona donde recibe más dinero a través de gasto público como Toulouse, Glasgow o Lille)".Los autores del trabajo advierten que "la injusta competencia entre regiones igualmente productivas provocada por las transferencias presupuestarias es un prejuicio que puede predisponer un particular proceso de concentración económica retrasando el crecimiento de las regiones más productivas de los países pobres y beneficiando las regiones de los países más ricos. Este tipo de desarrollo iría en contra de la cohesión".El estudio sugiere que quizá más que centrarse en las regiones más pobres, la política de cohesión europea a largo plazo "podría dirigirse a compensar a las regiones más ricas y productivas de los Estados miembros pobres de la carga de las transferencias que tienen que hacer a las regiones menos desarrolladas". En este sentido se subraya que debería tenerse más en cuenta el impacto de las políticas asistenciales a largo plazo.

La existencia de estos importantes flujos desde las regiones ricas a las menos desarrolladas dentro de los países pobres tiene otras importantes implicaciones políticas. Así, según los autores del trabajo "dar más dinero a Lisboa (con una renta igual al 96% de la media europea) es una forma de dar más dinero a Alentejo (42% de la renta media europea). Esto es verdad en el corto plazo. Pero es quizás más verdad en el largo plazo. Si, como es más probable, el dinero gastado en Lisboa, induce a un mayor crecimiento que el dinero gastado en el Alentejo, entonces un ecu gastado ahora en Lisboa significará un mayor flujo de subvenciones para el Alentejo al final de los años" . Los expertos aconsejan investigar esta hipótesis que no tan sólo podría tener mejores consecuencias para Alentejo sino para Portugal en su conjunto.

El estudio también sugiere la necesidad de revisar los métodos para definir el grado de riqueza o pobreza. En concreto sugiere que además de tomar como referencia la riqueza generada (el PIB) se considere también los fondos públicos que implícitamente reciben las regiones y la renta personal de las familias.

Toda estos desequilibrios se producen en buena medida por el fuerte peso de las transferencias interregionales (recaudación de impuestos y distribución del gasto) establecidas por el presupuesto y que resultan muy inferiores en comparación con las políticas proactivas de los. Gobiernos destinadas a las regiones. Es decir, la principal transferencia de rentas interegional se produce por la diferencia entre lo que pagan en impuestos y lo que obtienen en gasto público las distintas regiones, según su grado desarrollo. El estudio pone el ejemplo de Lorena (Francia), región en las que los flujos por transferencias interregionales son 40 veces superiores el gasto Gel Gobierno en políticas de incentivo regional. En el caso de Limousin las transferencias interregionales son 600 veces superiores a los incentivos específicos a de apoyo a la región.

Presupuesto comunitario

Si se compara el volumen de los recursos presupuestarios comunitarios y los de los Estados miembros también queda patente las dificultades de la Unión Europea para corregir las desigualdades entre las distintas regiones europeas. Hay que tener en cuenta que el gasto público representa entre el 40% y el 60% del PIB nacional de cada uno de los Estados miembros, mientras que el presupuesto comunitario representa sólo el 1,27% del PIB de la Unión.Esta situación puede verse alterada sustancialmente tanto por los procesos descentralizadores de algunos Estados que dan más poder fiscal a las regiones y por la armonización tributaria a nivel Europeo. Así, por ejemplo, en Francia, lle de France contribuye con el 25% del IVA; el 36% del impuesto sobre la renta y el 65% del impuesto sobre el patrimonio. Cualquier cambio de la estructura fiscal tendrá efectos regionales y consecuencias sobre la cohesión. En este sentido, los expertos recomiendan prestar una mayor atención a las posibilidades que ofrecen los mecanismos presupuestarios para la cohesión.