Artola, Belloch y Cebrián elogian la Ilustración en el libro de Josefina Bello sobre la Desamortización

El historiador Miguel Artola, autor del prólogo del libro Frailes, intendentes y políticos (Taurus), de Josefina Bello -que ayer se presentó en Madrid con la asistencia también de Juan Alberto Belloch y Juan Luis Cebrián-, señaló que la obra cubre un territorio que estaba virgen. "Se han publicado numerosas obras sobre las consecuencias de la Desamortización, pero nunca sobre el aspecto primero y esencial: las nacionalizaciones", comentó Artola. Con profusión de datos, muchos de ellos inéditos, pero con gran amenidad, Bello desgrana el enfrentamiento entre las comunidades religiosas y los intendentes, que buscaban en nombre del Gobierno los documentos que identificasen el patrimonio mientras los miembros del clero los escondían. Se dieron casos de verdadera especulación, como la expedición del barón Taylor, que compró para el rey Luis Felipe de Francia más de 400 obras de autores como Murillo, Zurbarán y Goya. Los especuladores llevaron a cabo lucrativos negocios y es sabido que hasta el mismo Gobierno permitió la salida del país de seis de los mejores cuadros de Zurbarán, que desde entonces están en el extranjero.El periodista y escritor Juan Luis Cebrián, que prepara estos días su discurso de ingreso a la Real Academia Española sobre otro gran reformista, Gaspar Melchor de Jovellanos, afirmó que el libro "pone de relieve la lucha permanente de la Ilustración por abrirse paso en una España oscurantista". Un anhelo que llega a nuestros días ya que los papeles del Ministerio de Hacienda, por ejemplo, "se siguen perdiendo tal y como perdía el clero los títulos de los bienes que iban a ser nacionalizados".

. El ex ministro de Justicia e Interior Juan Alberto Belloch, trazó algunas analogías entre el proceso de Desamortización que describe el libro y la política actual de privatizaciones. Para Belloch, y salvando las distancias, la Desamortización demostró que una política economicista a corto plazo basada en unos logros muy concretos produce a la larga conflictividad social. El principal beneficiario del proceso encabezado por Mendizábal el siglo pasado no fue el conjunto de la población, sino las clases privilegiadas que fueron capaces de financiar una operación que llevó al Gobierno a rearmar su Ejército en plena confrontación con los carlistas y tal vez decidió una guerra hasta entonces incierta.

La analogía con la Desamortización la estableció el ex ministro no sólo a partir de las privatizaciones de empresas públicas, que debe llevarse a cabo, a su juicio, a un ritmo lento para que sean asumidas por una parte significativa de la población, sino en otras leyes -como la del Suelo y la de Costas- que tan sólo producen una fuente coyuntural de ingresos fáciles e inmediatos en detrimento del desarrollo, social e igualitario de la sociedad. "Afortunadamente", añadió Juan Alberto Belloch, "creo que el Estado actual tiene los mecanismos suficientes para evitar esta situación". Se transparenta en este libro", concluyó Belloch, "un gran fracaso político al intentar cambiar la realidad sin tenerla en cuenta".