El exilio cubano considera una traición de Clinton el pacto de EE UU con la UE
ENVIADO ESPECIAL, Hace dos años, en Little Havana de Miami se encontraban muñecos de Bill Clinton con una soga al cuello. Cualquier exiliado cubano podía hacerse una foto junto al "traidor" que firmó un acuerdo migratorio con Cuba por el que los balseros interceptados en alta mar serían deportados. El principio de acuerdo del viernes entre EE UU y la Unión Europea sobre la ley Helms-Burton ha sido calificado por los dos congresistas cubano-americanos por Florida, lleana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz-Balar, ambos republicanos, como una rendición y una nueva "traición demócrata" a la causa anticastrista.
"Se equivocan si creen que vamos a quedarnos satisfechos con una simple promesa de los que dicen ser nuestros aliados, en el sentido de que se van a esforzar en promover la democratización de Cuba", dijo Ros-Lehtinen. La congresista dejó muy claro, en su primera reacción al acuerdo, que comienza una nueva batalla en el Congreso de Estados Unidos por Cuba, y que los republicanos no aceptarán fácilmente introducir enmiendas a la ley Helms-Burton para "relajar" sus efectos.
"Si enmendamos la ley, no será para ablandarla, sino para endurecerla", afirmó. Para Ros-Lehtinen y Díaz-Balar, suspender el título cuarto de la ley, que permite retirar el visado a los empresarios extranjeros que "trafiquen" con bienes expropiados por el Gobierno de Fidel Castro a ciudadanos norteamericanos, a cambio del compromiso de la UE de detener el pleito ante la Organización Mundial de Comercio y la promesa vaga de que continuará luchando por la democratización de Cuba, es un mal negocio.
"Es una maniobra para confundir al Congreso, aumentar la presión y acceder a eliminar el título cuarto de la ley Helms-Burton", declaró Díaz-Balar.
El representante republicano por Indiana y coartífice de la ley, Dan Burton, también arremetió contra Clinton y anunció una nueva batalla en el Congreso. "Esfuerzos por parte de la Unión Europea o de la Administración Clinton para alterar esta ley serán recibidos con fuerte resistencia en el Congreso", expresó. Curiosamente, la posición menos beligerante contra el acuerdo ha sido la de Jesse Helms, el senador republicano a quien se debe la ley. "Es la globalización de la presencia de Helms-Burton: que es incorrecto traficar con propiedades confiscadas", dijo el portavoz de Helms, Mark Thiessen. "Esa premisa se aplicará en cualquier sitio donde ciudadanos norteamericanos tienen propiedades confiscadas", añadió Thiessen, señalando que si las compañías involucradas con bienes expropiados están dispuestas a abandonarlos, no habrá necesidad de castigar a sus ejecutores.
Las primeras escaramuzas y gritos escandalizados de los congresistas cubano-americanos no son simplemente folclore anticastrista. Las posiciones de Ros-Lehtinen, Díaz-Balar y Burton son firmes dentro del Partido Republicano y del Congreso, ya que las fuerzas que se movilizaron hace un año para lograr la aprobación de una ley dura, sin excesivas concesiones, como al principio quería Clinton, presionarán ahora para evitar que se suavice esa misma ley.
Según varios analistas, al presidente estadounidense no le va a ser nada fácil lograr que un Congreso de mayoría republicana apruebe en las condiciones actuales la enmienda, a pesar de que a cambio el Gobierno obtenga de la UE un compromiso de paz en torno al pleito de la Helms-Burton.
Mientras, en la calle 8, en Little Havana, los insultos de traidor para Clinton arrecian en medio del olor a frijoles y cerdo asado. "Clinton es tan malo para EE UU como Castro para Cuba", llegó a decir una señora durante un debate radial en Radio Mambi. A estas horas, algunos comerciantes avispados estan pensando en sacar a la calle los viejos monigotes de Clinton ahorcado.
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