El tren accidentado en Navarra circulaba a 137 kilómetros por hora cuando debía ir a 30

El Intercity Miguel de Unamuno, que descarriló el pasado lunes en la localidad navarra de Uharte-Arakil, circulaba a 137 kilómetros por hora, tras efectuar un cambio de agujas a escasos metros de la estación del pueblo. En la vía secundaria por la que entró, el convoy debía circular a 30 kilómetros por hora como máximo. Así lo confirmó ayer el presidente de Renfe, Miguel Corsini, tras conocer los primeros datos de la investigación técnica efectuada por la compañía en el lugar de los hechos. Nueve horas después de este siniestro, un tren Talgo en la ruta Barcelona-Madrid-Málaga descarrilaba en la estación de Azuqueca (Guadalajara) causando la muerte a dos personas y heridas a 25, una de ellas el maquinista del tren.

El ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, confirmó en la capital navarra, citando fuentes judiciales, que la lista definitiva de viajeros fallecidos a consecuencia del descarrilamiento de Navarra es de 18 personas. Asimismo, hay 48 personas heridas de diversa consideración.Con los escasos datos técnicos aportados en una acelerada conferencia de prensa del ministro, quedó claro que el Intercity que cubre el trayecto entre Barcelona y Hendaya realizaba siempre un cambio de agujas en la estación de Etxarri-Aranatz, situada unos siete kilómetros más adelante de donde se produjo el descarrilamiento. El delegado del Gobierno en Navarra confirmó que en la tarde del pasado domingo, tras el funeral por el miembro de ETA y vecino de Etxarri Josu Zabala, grupos de encapuchados atacaron la estación de Renfe de Etxarri arrojando cócteles mólotov que, sin embargo, según especificó Ansuátegui, no afectaron a la infraestructura de la estación. No obstante, al día siguiente, lunes, el Intercity y el Expreso regional que cubre la línea Miranda-Castejón, que circula en dirección contraria, tenían que cruzarse en Uharte y no en Etxarri.

El ministro se limitó a indicar que Renfe ha abierto un expediente informativo para aclarar las causas que condujeron a que el tren con 248 pasajeros a bordo entrara en una vía secundaria a 137 kilómetros por hora en lugar de a los 30 establecidos para ello. Ante la insistencia de los informadores en conocer por qué se trasladó el cambio de agujas de Etxarri a la estación de Uharte, el ministro repitió que "Ios maquinistas españoles son excelentes profesionales acostumbrados a este tipo de cambios" y apeló a "cuestiones técnicas exigidas por la propia naturaleza del tráfico".

Fuentes de Renfe insistieron en que, en circunstancias ordinarias, el Intercity atravesaba la estación de Uharte a casi 140 kilómetros por hora, la máxima velocidad autorizada para ese tramo del valle navarro de Sakana.

Miguel Corsini, presidente de Renfe, repitió que "está clarísimamente registrado en los ordenadores que la causa fue un exceso de velocidad" y aseguró que se investigan todas las hipótesis. Corsini habló ayer con el maquinista del Miguel de Unamumo y con su ayudante y señaló que ambos se encuentran en sus domicilios: "Están absolutamente destrozados por lo sucedido". La juez de Pamplona que investiga el suceso, Marisol Alejandre, ordenó la realización de un análisis de sangre al maquinista para comprobar si había ingerido alcohol antes del percance.

Arias Salgado mantuvo por la mañana una reunión con el delegado del Gobierno en esta comunidad, Francisco Javier Ansuátegui, el presidente de Renfe, técnicos de la compañía, el director de Protección Civil, Juan San Nicolás y el vicepresidente del Gobierno navarro, Rafael Gurrea. El ministro sobrevoló a primera hora de la mañana las localidades de Azuqueca, en Guadalajara y Uharte-Arakil, en Navarra, para comprobar lo sucedido en ambos accidentes.

Sistemas de seguridad

Fuentes próximas a la investigación afirman que la vía en la que ocurrió el accidente ha sido renovada en los últimos, años aunque no se le ha dotado de los sistemas de seguridad apropiados, al menos para permitir velocidades de 140 kilómetros por hora.Las vías donde se circula a esa velocidad -las de los corredores radiales- están dotadas de equipamientos que hubieran impedido el accidente de Uharte. Estos sistemas, denominados de enclavamiento, vinculan las órdenes de las señales con la mecánica del tren circulante de modo que, si la señal indica parada, el tren se para, al margen de la voluntad del maquinista.

En España están operativos, además de la sofisticada tecnología del AVE, el viejo pero seguro ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) o el más moderno CTC (Control de Tráfico Centralizado). Todos ellos frenan el tren ante una señal de advertencia en la vía, incluso en el caso de que el maquinista no perciba la orden de parar el tren o reducir la velocidad de 140 a 30 kilómetros hora, como hubiera sido el caso de Uharte.