El embajador de EE UU dice que hay pruebas contra Samper

Los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, jefes del cartel de Cali y hoy en prisión, trataron de negociar con Estados Unidos a cambio de entregar pruebas contra el presidente Ernesto Samper. Así lo reveló el embajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, en una entrevista concedida el miércoles al noticiero QAP. La declaración causó una tormenta política y la sensación que se vivía ayer en Bogotá es que las relaciones Colombia-Estados Unidos van de mal en peor.Es la primera vez que se conoce públicamente la posibilidad de que existan pruebas concretas en contra del primer mandatario. En el libro El presidente que se iba a caer se reveló que los hermanos Rodríguez Orejuela hicieron contactos con la revista Semana, también con la idea de entregar pruebas contra el presidente, pero esto jamás se coneretó. Desde el comienzo de su Gobierno, a Samper se le ha acusado de haber llegado al cargo con dinero del cartel de Cali.

Luis Guillermo Nieto, el abogado que defendió al presidente durante el juicio que le adelantó el Congreso en junio del año pasado, aseguró que le daban risa las acusaciones de Frechette y calificó sus declaraciones de "chismes que buscan efectos políticos".

El embajador estadounidense -considerado personaje no grato en Colombia por sus constantes declaraciones poco amistosas-, insistió durante la entrevista de más de cinco minutos, en que el Gobierno de su país no pretende llegar a acuerdos con los capos del narcotráfico y que tampoco es su interés perseguir al presidente Samper. "Queremos que sean enjuiciados (los hermanos Rodríguez Orejuela), que paguen su pena. Esa cosa de perseguir al presidente Samper no es política de Estados Unidos". Las periodistas le preguntaron si era cierto que el hijo de Miguel Rodríguez se reunió en un hotel de Bogotá con el ex director de la DEA (agencia antinarcóticos norteamericana) Tony Séneca. El embajador confirmó esta versión. "Nos dijo", afirmó Frechette, "que si ellos nos entregaban todas las rutas y todos los detalles, EE UU tenía que desistir de seguir persiguiéndolos y otras condiciones que no vienen al caso. La respuesta de mi Gobierno fue un rotundo no".

Ante la gravedad de las acusaciones, se esperaba una dura respuesta oficial, pero la ministra de Exteriores María Emma Mejía se limitó a afirmar que recordará al embajador que existen canales diplomáticos para expresar este tipo de asuntos.