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Carlos Seco: "Para ser justos con Azaña hay que acabar con su mito"

Elsa Fernández-Santos

"Durante años hemos vivido bajo el mito de Franco y ahora hemos pasado a vivir bajo el mito de Azaña. Para ser justos con su persona tenemos que acabar con ese mito", afirmó ayer Carlos Seco Serrano. El académico de la Historia ofreció en Madrid, dentro del ciclo Pensamiento y política en la España contemporánea que organiza el Casino de Madrid y la Asociación de Amigos de Julián Marías, una conferencia en la que quiso mostrar la otra cara de la figura del que fuera presidente de la Segunda República."Azaña era, antes que novelista o dramaturgo, un orador y un ensayista y las comparaciones de su obra novelística con Pérez de Ayala y la de su dramaturgia con la de Valle-Inclán han sido una gran injusticia", señaló Seco Serrano. "No es ahí donde hay que buscar al Azaña escritor sino en sus discursos y en sus ensayos".

Para Carlos Seco, "Azaña fue un gran escritor agraviado por la tardanza con la que llegó su reconocimiento y la frustración fue lo que le dio el talante jacobino. Quizá no hay que olvidar la famosa y cáustica frase de Unamuno: 'Cuidado con Azaña, es un escritor sin lectores. Sería capaz de hacer la revolución sólo para que le leyeran". En declaraciones a Europa Press, el historiador afirmó anoche que, en su opinión, los cuadernos inéditos "no van a modificar la imagen de Azaña ni la historia de aquellos días" porque son trozos que faltan de los diarios que ya se han publicado". Para Seco, "tan sólo completarán un texto que se conocía, sólo que amputado".Arrogante y malévolo

Carlos Seco Serrano presentó en una conferencia que estuvo plagada de anécdotas y que logró divertir a la abarrotada sala principal del Casino madrileño donde tuvo lugar- a un Azaña arrogante, malévolo y soberbio que sólo tras la terrible experiencia de la guerra civil logró reconducir su talante. "El gran error de Azaña fue creer que la República era sólo su idea de la República", dijo Seco Serrano.

El académico y especialista en la historia contemporánea española, presentado por el historiador Javier Tusell, recordó aspectos "tiernos" de Azaña, como un viejo encuentro con un maestro 25 años después de que le diera clases de Derecho Romano para pasar a otras "lindezas" del que fuera presidente de la República contra intelectuales contemporáneos suyos. Por ejemplo, sobre Ortega y Gasset escribió: "Una cosa es pensar y otra tener ocurrencias. Ortega sólo tiene ocurrencias y su pensamiento se quedará en un revistero de salones. Sus ambiciones son las de un señorito".

Por su parte, Javier Tusell introdujo al conferenciante como un hombre que no sólo sabe apreciar el valor del político sino también el del individuo. "Y lo individual", añadió Tusell, "tiene un valor creciente y la vuelta de las biografías no es una casualidad". Tusell recordó cómo Azaña sigue estando hoy en día en los puntos de mira más diversos: "Azaña es objeto de un culto generalizado desde los puntos de vista más opuestos del espectro político".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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