Una singular y genial pareja

En la medida en que sólo se ha estrenado en España la irregular Julia y Julia (1987), una producción hablada en inglés, el director italiano Peter del Monte es completamente desconocido en España. De nada le ha valido realizar diez películas en los últimos veintitantos años -algunas de ellas con un encanto muy particular- y ganar repetidos premios en festivales intemacionales.Ahora llega, con dos años de retraso, sin apenas publicidad y en unas condiciones que la harán pasar por completo inadvertida, la mejor de sus películas, Compañera de viaje, una obra en la que deja muy clara su peculiar sensibilidad como director para contar una historia abierta que muy poco o nada tiene que ver con el cada vez más aburrido cine que llega a nuestros ojos.

Discípulo de su querido Roberto Rossellini, tal como demuestra la inclusión de algunos de los planos, finales de la genial Stromboli (1950), Del Monte parte de su teoría de realizar la ficción como si fuese un documental para llegar a unos excelentes resultados estéticos que le sitúan entre las grandes figuras del cine italiano.

Al igual que otros colegas italianos, Peter del Monte se apoya en la teoría del viaje como huida de la realidad cotidiana; como única forma de escapar de los problemas reales, pero lo hace con una connotación de locura que no aparece en otros autores. Esta misma teoría la desarrolla Gabriele Salvatores en Puerto escondido (1992) y, en menor medida, en Mediterráneo (1990), pero también Gianni Amelio en Lamerica (1994) y Niños robados (1992).

Peter del Monte va mucho más lejos que Niños robados. Narra el viaje sin rumbo fijo por los alrededores de Roma de una singular y genial pareja: un viejo profesor de filología cuya memoria no funciona como debiera, pero que tiene una perfecta salud, y la joven contratada para vigilarle sin ser vista.

Gracias al excelente trabajo de la joven italiana Asia Argento y del veterano francés Michel Piccoli, así como a la gran habilidad de Peter del Monte para contar con sumo cuidado las más mínimas relaciones, Compañera de viaje se convierte en una experiencia fuera de lo habitual, en una tan extraña como atractiva historia de amor y miedo dentro de un país un tanto a la deriva.