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EE UU niega competencia al tribunal de la OMC para la ley Helms Burton

Xavier Vidal-Folch

La disputa entre EE UU y la Unión Europea (UE) por la ley norteamericana Helms-Burton, que endurece el embargo a Cuba, amenaza con generar una grave crisis en el comercio mundial. El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Renato Ruggiero, designó ayer el panel o tribunal arbitral que enjuiciará si EE UU ha vulnerado las normas comerciales multilaterales. Pero Washington advirtió, aferrándose a la "seguridad nacional"que no le reconoce esa competencia.

Ruggiero comunicó ayer en Ginebra a las delegaciones europea y norteamericana los nombres de los tres árbitros nombrados por él, tras haber intentado inútilmente convencer a Washington de que consensuase con Bruselas la composición del tribunal. Son Arthur Dunkell, suizo, antiguo director general del GATT, que presidirá el tribunal; Tommy Koh, de Singapur, ex embajador en México y Canadá, y Edward Woodfield, neozelandés, ex-alto comisionado de su país en Australia. Deberán redactar su dictamen en seis meses.La Comisión Europea acogió la noticia favorablemente. Sir Leon Brittan recordó que la designación del tribunal, largamente esperada, no impedirá "continuar las negociaciones bilaterales" para tratar de encontrar un acuerdo negociado. Tanta prudencia obedecía a su temor de una reacción negativa de Washington.

La hubo a las pocas horas, cuando desde Washington el embajador volante Stuart Eizenstat, aún reconociendo la opción de un arreglo amistoso, como sugería Brittan, puso en duda la efectividad del panel: si no se llega pronto a un acuerdo, Washington defenderá que la OMC "carece de competencia, porque es un asunto de seguridad nacional y política exterior estadounidense".

Eizenstat se aferró al artículo 21 del GATT, según el cual ningún Gobierno contratante está obligado a renunciar a "cualquier acto que considere necesario para la protección de sus intereses de seguridad". Pero ese artículo se refiere sólo a protegerse del tráfico nuclear o de armamento y de acciones de guerra. Bruselas considera que, aunque EE UU pueda presentar ese argumento, ello "no le legitima" para declararse en rebeldía respecto de él declarando una política de no colaboración con la OMC o de silla vacía. "El dictamen de la OMC será vinculante", sostuvo el portavoz de Brittan.

La OMC sólo permite rechazar una vez el panel pedido por otro miembro, cartucho que Washington ya ha gastado en este caso. A la segunda, va la vencida, y el tribunal, aún sin consenso, emitirá su dictamen. Si EE UU se rebela, toda la arquitectura de la OMC quedará en tela de juicio.

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