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La Eurocámara aplaza la censura a Santer por las "vacas locas"

Muere en el Reino Unido la 15ª víctima de la enfermedad

El Parlamento Europeo fue fiel a su historia: ayer volvió a esconder la cabeza debajo del ala y dejó para noviembre una eventual moción de censura contra la Comisión Europea por la crisis de las vacas locas. Mañana habrá una primera censura, promovida por la minoría, que ya está condenada al fracaso jurídico de antemano, aunque puede convertirse en un éxito político para sus promotores.

El esperado debate sobre el informe elaborado por el Parlamento Europeo a propósito de la crisis de las vacas locas fue un fraude. Todos sabían de antemano qué ocurriría: nada. Socialistas y populares ya habían dejado muy clara por la mañana su oposición a una censura inmediata a la Comisión Europea. Se inclinaban por la propuesta de los ecologistas: presionar a la Comisión durante meses y evaluar en noviembre el éxito de su estrategia. Sólo entonces se votaría una censura de verdad.Todos atendieron ayer sus intereses personales y dejaron -de lado los grandes principios. Los socialistas- es decir, los laboristas- se ocuparon de atacar al Gobierno conservador del Reino Unido reduciendo así el debate a una escaramuza electoral interna: arrancar votos a John Major es: mejor que descabezar Bruselas. Los populares pusieron mil veces el acento en la responsabilidad de la anterior Comisión, casualmente presidida por un socialista, y perdonar la vida al actual presidente, un conservador. Los verdes sólo tenían ojos para atacar a su gran rival mediático, Jose Happart, padrino de la censura inmediata. Happart dio fe de sus dotes mediáticas: "Churchill decía que a veces hay que elegir entre el deshonor y la guerra. Señor Santer, usted tiene que elegir entre el deshonor y la dimisión", espetó de entrada. La radical Catherine Lalumiére, muy por encima de la media, hizo diana: "La censura condicionada va demasiado lejos porque permite al Parlamento presionar a la Comisión durante meses; pero se queda corta porque deja sin castigo los errores del pasado".

Entre todo este barullo, Jacques Santer saltó al ruedo sabiendo que el toro no le iba a coger. Entonó un suave mea culpa, explicó los remedios que propone para el futuro, enfangó a los funcionarios y arrancó una ovación de los tendidos defendiendo la ampliación de los poderes del Parlamento aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.

Todo esto ocurría en Estrasburgo, en el pleno del Parlamento Europeo, en una sesión que se supone que podía abrir una crisis institucional grave en la Unión Europea. Pese a lo atractivo del cartel, el Consejo de ministros se quedó en su casa. Ningún representante de la presidencia semestral holandesa acudió a la cita. El Consejo, verdadero patrón de esta Unión, no ha querido verse salpicado en una crisis que le permitirá tener a la Comisión Europea atada de pies y manos y al Parlamento entretenido mientras los Quince negocian entre sí la reforma del Tratado de Maastricht.

La farsa continuará hoy con la votación de una resolución consensuada, sin más consecuencias que una condena a todos: al Reino Unido, al Consejo y a la Comisión. El cierre lo pondrá mañana la censura presentada por Jose Happart. Es imposible que obtenga la mayoría suficiente (dos, tercios de los votos y la mayoría absoluta de toda la cámara). ¿Pero qué ocurrirá si arranca un empate en campo contrario y rompe todas las quinielas?

Nueva víctima británica

La crisis desatada se ha debido a los casos registrados de la versión humana de esta enfermedad de las vacas en el Reino Unido. Precisamente ayer se supo que Adrian Hodgkinson, un antiguo policía de 25 años adscrito a las Fuerzas Aéreas británicas, es la l5ª supuesta víctima de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, atribuida al consumo de carne de res infectada con la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o mal de las vacas locas, informa Isabel Ferrer. La muerte, aún sin confirmar oficialmente, se produjo hace 12 días. La familia de la víctima lo reconoció ayer al rotativo The Express, que ha efectuado el cálculo del número de muertos registrado hasta la fecha. Como en el caso anterior, una adolescente de 19 años, el suceso ha sido aireado en la prensa antes de que el Ministerio de Sanidad le pronunciara al respecto emitiendo sus propias conclusiones.Según los Hodgkinson, Adrian fue diagnosticado hace dos meses pero empezó a perder el equilibrio en marzo del año pasado. El propio fallecido le confió a sus padres que sospechaba lo que sucedía después de ver un documental televisivo sobre la enfermedad de las vacas locas y su equivalente humano. Ayer se supo también que la familia de Stephen Churchill, de 19 años, y primera víctima registrada y confirmada, apelará al Parlamento Europeo para que agilice las investigaciones.

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