El Gobierno se desplaza con Aznar a Bonn en busca del apoyo para entrar desde el principio en la moneda única

El Gobierno de José María Aznar viajará hoy, prácticamente en pleno, a Alemania en busca del imprescindible respaldo de Bonn para poder entrar en el núcleo inicial de la moneda única. Todo el Ejecutivo, menos el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos y los ministros José Manuel Romay y Mariano Rajoy, acudirán durante ocho horas a ese país para asistir a la primera cumbre hispano-alemana del Gabinete popular, en un semestre decisivo para el futuro de la Unión Europea (UE).La refundación que implica el nuevo tratado de la Unión que se negocia en estos meses y la próxima moneda única forman el horizonte de una reunión que intentará llegar a una opinión pública alemana cada día más desconfiada ante la mutación del marco en el euro comunitario.

El interés del Gobierno español es poder ingresar en lo que los británicos han denominado el baffling club, un acrónimo de siete países (Bélgica, Austria, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Irlanda y Alemania -Germany-) y un juego de palabras sobre la perplejidad (baffle) en la que pueden quedar sumidos los otros cuatro (España, Italia, Portugal y Grecia) si quedan fuera de la moneda única. El Reino Unido y Dinamarca, que son los otros dos socios comunitarios que faltan en ese club, han decido esperar y ver antes de entrar en la moneda única.

El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, vendió ayer en Alemania el milagro español basado ' en la austeridad fiscal, las reformas estructurales y una política microeconómica destinada a aumentar la productividad del sector privado. Rato expresó su absoluta confianza en que los criterios de admisión en el núcleo inicial de la moneda única se basarán únicamente en datos económicos. "Sería un error, un inmenso error, que estoy seguro que no se cometerá, que se intenasen aplicar otros criterios que os establecidos en el tratado de Maastricht", afirmó.

La ampliación hacia el Este

Según fuentes diplomáticas, la prioridad de Madrid es explicar en Bonn la disposición de España a cumplir con los criterios exigidos para ingresar en el núcleo inicial de la, moneda única y contribuir después a la estabilidad del euro. A cambio, España es consciente de que debe atender una de las prioridades alemanas, la ampliación de la UE hacia el Este.El ingreso de Polonia, la República Checa y Hungría en la UE y la Alianza Atlántica no son sólo una prioridad política para Alemania, sino también una garantía para su seguridad. España, que entiende como inevitable esta ampliación comunitaria, quiere que se respeten los equilibrios políticos y financieros de la UE y que se pacten periodos transitorios prolongados para los países aspirantes.

Vinculado a esta ampliación está lo que los diplomáticos españoles consideran el tema estrella de la cumbre: las negociaciones de la Conferencia Intergubernamental (CIG), en la que se discute la reforma del Tratado de Maastricht.

La reforma del tratado abre el camino a la ampliación de la UE, por lo que las instituciones comunes (el Consejo, la Comisión y el Parlamento, entre otras) deberán cambiar no sólo su número de miembros, sino también la forma en que toman las decisiones. En, juego está, por tanto, el poder de decisión en la futura UE.

Pese a esta cargada agenda, la cumbre se articula en tomo a una entrevista de dos horas de duración que mantendrán después del almuerzo Aznar y el canciller Helmut Kohl. Simultáneamente, los ministros españoles mantendrán con sus homólogos alemanes reuniones sectoriales.