Decepción financiera y artística en Sundance
El gran premio del festival de cine fue para 'Sunday', de Jonathan Nossiter
La 13ª edición del Festival de Cine de Sundance se clausuró el domingo en Park City (Utah, EE UU) con algunos premios polémicos y con la sensación general de que el gran número y el eclecticismo temático de las producciones independientes mostradas este año van a hacer difícil su venta a los grandes circuitos. El gran premio del jurado recayó en Sunday, de Jonathan Nossiter, filme acerca de una actriz que se enamora de un vagabundo a quien confunde con un famoso cineasta. Se ha proyectado también, y con gran acogida, Lost Highway, último trabajo de David Lynch.
La película de David Lynch no logró ningún premio, aunque, según la crítica de cine de The New York Times, Janet Maslin, merecía uno "por hacer sentir a todos miedo de lo oscuro". Los medios norteamericanos desplazados a Sundance dicen que no hay en esta edición un claro éxito, como el año pasado lo fue Shine, pero lo cierto es que las historias de éxito de este festival de películas alternativas creado por Robert Redford se consolidan a posteriori, cuando consiguen dinero de un gran estudio para estrenarse comercialmente y competir con las grandes producciones de Hollywood.En Sundance se han mostrado este año 127 películas, y la gran mayoría no llegará nunca al gran público. Según Bernard Weinraub, de The New York Times, "ha habido un sentimiento general de decepción entre los compradores, en parte porque este lote de películas se ha centrado mucho en los temas de la angustia juvenil y las relaciones tortuosas de veinteañeros". Entre las películas que sí se han adquirido, y que se salen de ese ámbito, están The House of Yes, una comedia sobre el incesto; Going all the way, sobre dos veteranos de la guerra de Corea, y Box of moonlight, de Tom DiCillo (Vivir rodando), sobre un padre de familia que quiere escapar de su rutina.
Normalmente los estudios de Hollywood tienen en su seno distribuidoras menores para dedicarse a este tipo de películas, que compran por unos 2 millones de dólares (cerca de 270 millones de pesetas), mientras que el precio medio de una película mayoritaria cuesta en tomo a los 40 o 50 millones de dólares.
Tres premios, incluyendo el de dirección, se llevó la película del novel Morgan J. Freeman (no confundir con el actor) Hurricane, que toma el título de la canción de Bob Dylan para narrar la historia de un joven que quiere escapar de una vida de delincuencia.
Girls like us, acerca de cuatro quinceañeras de Filadelphia, obtuvo el premio de documentales, sobre el cual hubo un agrio debate entre el jurado. Se había barajado en esta categoría el durísimo filme Sick: the life and death of Bob Flanagan, supermasochist, sobre un artista de performance que explora su enfermedad a través del masoquismo.
El director del festival, Geoffrey Gilmore, dijo durante la ceremonia de entrega de premios el pasado sábado que el objetivo de esta cita era "promover el poder de valores diversos y divergentes en una sociedad cada vez más cínica. Por su parte, el actor Robert Redford, creador del Sundance Institute, declaró que en anteriores ediciones del festival "bastaba con ser un cineasta negro, una mujer, un gay o una lesbiana. Ahora esa no es la cuestión, no. te identificas con un cineasta por el género, la sexualidad o la etnia. Es cuestión de la película, y esto ya demuestra cierta madurez".
Babelia
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