José Ortega Spottorno habla por primera vez en publico sobre su padre

El escritor y editor José Ortega Spottorno ofreció ayer en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid la primera conferencia que dedica a su padre, el filósofo José Ortega y Gasset. Ortega Spottorno, fundador de EL PAÍS, arrancó sus palabras expresando su "temor" por lo que consideró un atrevimiento. "Esta es, literalmente, la primera vez que hablo en público de mi padre", dijo.Ortega Spottorno anunció que trabaja en un libro sobre "la saga familiar de los Ortega" y a través de las palabras de su padre explicó su dificultad para abordar dicha tarea. "Toda vida', decía mi padre en su libro Goethe desde dentro, 'es, más o menos, una ruina entre cuyos escombros tenemos que descubrir lo que aquella persona tenía que haber sido'. Reconocerán que, tras estas palabras paternas, ese futuro libro mío y esta misma exposición de hoy resultan soberanamente amenazados, aunque yo no necesite los escombros sino rememorar los recuerdos". El conferenciante añadió: "Mi padre era enemigo de los recuerdos".

Ortega Spottorno, que el pasado 13 de noviembre recibió el homenaje del mundo intelectual español por su 80 cumpleaños, recomendó a los estudiantes la lectura de cuatro libros de su padre: España invertebrada, "para sentir el problema de España"; La rebelión de las masas, "para comprender a nuestro tiempo, ahogado por la masificación y sin verdadero respeto a las minorías, y no saber quién manda en el mundo"; Qué es filosofía, "para conocer el quehacer filosófico en general y la filosofia orteguiana en particular", y El hombre y la gente, "para ver clara la dimensión social del hombre y el conflicto permanente entre cada uno de nosotros y el otro".

"Todos esos libros", añadió, "conservan una inmarcesible actualidad por ese don profético que tenía mi padre".

Ortega Spottorno quiso terminar su charla sólo con las palabras de su padre, pero no en su boca; "soy mal recitador", explicó. Ana Gurruchaga, hija del poeta Joaquín Gurruchaga, leyó por ello unos párrafos de De pronto, en este prólogo se oyen ladridos, capítulo de Veinte años de caza mayor.