_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Crecer en el odio

Tras el último atentado del 8 de enero, una vez que la lluvia y la nieve han borrado la sangre del asfalto, cuando han desaparecido de los periódicos los comentarios, las fotografías del asesinato, quedan en una casa la mujer y los dos hijos del muerto. Una vez ya marchitas las flores, los hijos -de apenas diez años- tendrán que volver a jugar con sus juguetes, que seguro les trajeron los Reyes Magos; volverán al colegio y a la vida. Y día a día tendrán que crecer.Este es, probablemente, el mayor crimen cometido por ETA: obligar a crecer en el odio y la amargura a dos niños inocentes, haberles destapado la muerte en, plena infancia y habérsela arrojado a la cara.

¿Qué pensarán ahora esos dos niños, cómo podrán vivir sin recordar cada día el crimen, la ausencia de su padre, que ha muerto por nada, por el hecho de ser, de existir, que ha muerto sólo por el odio engendrado, odio con el que tendrán que convivir ahora sus hijos?

¿Y de qué otro modo crecerán los propios hijos, los familiares de los terroristas, sino en el rencor? En aquel que ellos mismos jalean y acrecientan continuamente, porque su vida se nutre de éste, y así pretenden transmitirlo generación tras generación.

Porque el odio es algo aprendido, en el colegio, en la calle, en la familia, en la vida misma se va transmitiendo. Es lo más grave del terrorismo, lo más inmoral, su propia perpetuación a través de un odio impuesto 1 obligado.

Así se fuerza a odiar a la juventud, a que arroje piedras, a que queme policías, a que dilapide su propio futuro en pos del propio odio y la violencia. Sin más fin ni más principio que a ella misma; el resentimiento también mata a las personas y a las sociedades. Si, desde la infancia, un niño ya es forzado al resquemor, al odio (como el nacionalismo suele hacer desde el colegio, creando ambientes asfixiantes y sociedades cerradas), entonces las esperanzas en el futuro serán escasas, inútiles, porque la violencia tenderá a perdurar sobre sí misma. Por ello, a los niños hay que enseñarles lo fundamental: el que la vida sólo es posible desde la tolerancia.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_