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TURBULENCIA POLÍTICA EN LOS BALCANES

La oposición búlgara, dispuesta a paralizar el país

La situación en Bulgaria se agrava por momentos. La población, hastiada de una crisis económica que la condena casi al hambre y estimulada por los acontecimientos en la vecina Serbia, ha comenzado a ocupar las calles de diversas ciudades y amenaza con paralizar el país si no se convocan elecciones anticipadas. El Gobierno y la oposición mantuvieron ayer una corta reunión que sólo sirvió para que ambas partes salieran convencidas de que sus posturas eran "'irreconciliables" y dieran por roto el diálogo. Estudiantes, mineros, taxistas y trabajadores portuarios anunciaron ayer el inicio de una protesta que pretenden convertir en un llamamiento a la huelga general para lograr la paralización total del país.

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A pesar de que la opositora Unión de Fuerzas Democráticas (UFD,) emitió cada media hora, a lo largo del día de ayer, un comunicado en el que pedía que las protestas fuesen pacíficas, se repitieron algunas de las escenas violentas del día anterior. Más de un centenar de personas, entre policías y manifestantes, resultaron heridas en los peores choques desde el colapso, en 1989, del régimen comunista."El Gobierno de Bulgaria afirma con rotundidad que las violaciones de la ley y del orden social, así como la inmediata celebración de elecciones generales, son destructivas para el país en estos momentos", dijo anoche un portavoz del Ejecutivo en un intento de zanjar las protestas.

Pero todo hace presagiar que las manifestaciones, en lugar de reducirse, se multiplicarán. "La única esperanza que hay para salir de esta seria situación en que nos encontramos es la organización de elecciones anticipadas", declaró el presidente saliente, Yeliu Yélev, al diario francés Le Monde.

Yélev, que ocupa la jefatura del Estado desde 1990 y que, al igual que el presidente electo en noviembre pasado, es miembro de la UFD, ha tenido que cohabitar, con el Partido Socialista Búlgaro (PSB) desde que éste ganó la mayoría absoluta en el Parlamento en las elecciones generales de 1994. Ante la gravedad de los hechos del viernes, cuando cientos de manifestantes asaltaron el Parlamento tras la votación ganada por el PSB en contra de elecciones anticipadas, Yélev no encomendó, como estaba previsto, al nuevo primer ministro, Nikolái Dobrev, la formación del Gobierno.

La actual crisis se desató el miércoles pasado, cuando el PSB nombró al poderoso ministro del Interior, Nikolái Dobrev, nuevo jefe de Gobierno. Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la oposición, que ese mismo día se echó a la calle para reclamar lo que creyó alcanzable el 28 de diciembre pasado, cuando el entonces primer ministro, Yan Vídenov, se vio obligado a dimitir ante las cáusticas críticas de la oposición e incluso de su propio partido por la insostenible situación económica del país, cuyo PIB cayó entre un 8% y un 10% en 1996.

Yélev convocó ayer una reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad, en la que participaron los representantes del Gobierno y de la oposición, pero terminó en un rotundo fracaso. La UFD exigía una fecha concreta para la convocatoria a las urnas. Pero el PSB advertía que agotaría el periodo parlamentario; es decir, que hasta el año que viene se mantendría en el poder.

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