Una biopsia de amígdalas permitirá diagnosticar la Creutzfeldt-Jakob
Un método incruento para diagnosticar la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJ) causada probablemente por el contagio de vacas enfermas de encefalopatía bovina espongiforme EEB, ha sido puesto a punto por científicos del Imperial College de Londres. Hasta ahora, el diagnóstico definitivo sólo se podía hacer observando cambios característicos en el tejido cerebral, tras la muerte del paciente o mediante una operación en el cerebro del enfermo.El equipo de John Collinge encontró recientemente una proteína característica de esta nueva variante en cerebros de fallecidos por la enfermedad. Este mismo equipo ha descubierto la misma proteína en el tejido de amígdalas de una mujer de 35 años que murió de la enfermedad. Obtener una biopsia de las amígdalas es un procedimiento seguro y fácil que se puede hacer con anestesia local.
La importancia de este descubrimiento es que las personas de las que se sospecha que pueden tener la enfermedad, por presentar síntomas difusos o haber tenido ocasión de contagio manifiesta, puede obtener un diagnóstico mediante una prueba simple. Habría que poner a punto instrumentos desechables para la biopsia, ya que, al menos en el Reino Unido, la ley exige que los instrumentos quirúrgicos utilizados en operaciones cerebrales en paciente con la CJ sean destruidos porque no se pueden esterilizar por los métodos habituales.
Escándalo en Francia
En Francia, la investigación judicial en torno a la distribución de hormona del crecimiento procedente de cerebros de cadáveres tras saberse en junio de 1985 el riesgo de que contagiara la CJ ha establecido que se distribuyeron unas 20.000 dosis de la hormona entre junio 1985 y los primeros meses de 1986. Según el semanario L'Express la Farmacia Central de Hospitales no retiró los lotes porque hubiera supuesto la pérdida de más de 130 millones de pesetas.
Según el diario Le Monde, se estima que 50 pacientes franceses tratados con esta hormona para su enanismo congénito han muerto o tienen la enfermedad. En total se estima que entre 1984 y 1985 fueron tratados más de mil niños con hormona del crecimiento potencialmente contaminada.
El informe realizado por la inspección general de Asuntos Sociales francesa indica que la farmacia central hospitalaria no recogió los lotes ya distribuidos en junio de 1985, fabricados por un método que no se ajustaba a la nueva normativa para evitar el posible contagio. Acusados de homicidio involuntario por este asunto se encuentran altos cargos en aquella época de la asociación Francia- Hipófisis, del ministerio de Sanidad y médicos responsables de la fabricación de la hormona en el Instituto Pasteur y de la recogida de hipófisis. La hormona natural fue sustituida totalmente en 1988 por hormona sintética sin riesgo alguno de contagio.
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