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La confianza en que España entrará en el euro acelera la convergencia de tipos con Alemania

Victoria Carvajal

La confianza de los inversores en la capacidad de España de integrarse como miembro fundador de la unión económica y monetaria (UEM) y las optimistas perspectivas sobre la evolución de la inflación han permitido reducir el coste que debe soportar España para atraer el ahorro extranjero. El diferencial entre la deuda española y la alemana, que mide la desconfianza del capital foráneo en la economía española, se ha reducido a un mínimo histórico: 0,98 puntos porcentuales. En un año, los tipos e interés a largo y corto plazo en España han bajado en tomo a tres puntos. Estos cortes, sin embargo, aún no han tenido incidencia esperada en el consumo, que e recupera sólo tímidamente.

Hace exactamente un año, los tipos de interés a largo plazo en España, que reflejan las expectativas de los inversores sobre la evolución de la inflación, principalmente, se situaban casi cuatro puntos porcentuales (3,70) por encima de los tipos a largo plazo en Alemania. El pasado viernes esta diferencia era inferior a un punto (0,98). La rentabilidad del bono español a diez años, que sirve de referencia para los créditos privados a largo plazo, se situó en el 6,90%. El bono equivalente alemán rentaba 5,92%. Los analistas creen que a medida que España avanza hacia la convergencia este diferencial puede llegar a estrecharse a 0,50 puntos. Una distancia mínima si se tiene en cuenta que hace sólo 18 meses, en el verano de 1995, la prima de riesgo de España llegó a ser de cinco puntos.

El motor de esta espectacular convergencia en los tipos de interés a largo plazo está siendo la confianza en que España participará en el euro desde su constitución, es decir, desde enero de 11999. Una expectativa basada en la reducción de la inflación, especialmente en los últimos meses, y la contención del déficit público.

Mayor crecimiento

España es, además, una de las economías de la UE que más crecerá en 1997, lo que facilitará sus esfuerzos de consolidación fiscal. El último informe de la Comisión Europea sobre las perspectivas de convergencia de los Quince, situaba el crecimiento del PIB español en el 2,7% para 1997, frente al 2,1% de Francia o el 2,2% de Alemania.

Este crecimiento será compatible, según las previsiones del Banco de España, con reducciones adicionales en los precios. El último informe de coyuntura del departamento de estudios del BBV sitúa la inflación para todo 1996 en el 3,1% y cree que en el presente mes "se romperá la barrera del 3%". La moderación de los salarios en los convenios pactados con efecto para 1997 -la subida media es del 3%- y la rebaja aplicada en los precios intervenidos (tarifa eléctrica, teléfono, autopistas...) ayudarán al control de la inflación.

Esta favorable perspectiva permite augurar más recortes de los tipos de interés, sobre todo en el corto plazo, donde la diferencia que se registra con Alemania es mucho mayor que en el largo plazo.

La inflación en España se situó en el 3,2% en noviembre. En Alemania, en el 1,4%. La diferencia es de 1,8 puntos. El tipo de interés de intervención español, sin embargo, es 3,25 puntos superior al alemán -6,25% frente al 3%- Esta brecha, que refleja el carácter más restrictivo de la política monetaria en España, tenderá a reducirse este año.

La firmeza del tipo de cambio de la peseta en los últimos meses, que ha oscilado entre las 84 y las 84,40 unidades por marco, da confianza al banco central para continuar con la relajación de tipos sin poner en peligro la estabilidad cambiarÍa.

El mercado espera una rebaja adicional de 0,75 puntos a lo largo de este año. En su informe de perspectivas para 1997, AB Asesores considera que el Banco de España "sólo relajará su política monetaria cuando la inflación caiga por debajo del 3%". Los inversores, según refleJa el mercado de futuros, esperan que el tipo de interés a un mes en el mercado interbancario -donde los bancos se prestan entre sí- se sitúe en el 5,5% el próximo mes de octubre.

Estas reducciones adicionales de los tipos a corto plazo, junto a la caída que ya han registrado las tasas a largo plazo, ayudará a relanzar el consumo. La bajada de tipos apenas ha afectado a esta variable, que ha crecido a tasas que rondan el 1,5% en el primer semestre y sólo recientemente ha mostrado claros síntomas de recuperación -creció un 2% en el tercer trimestre-. AB Asesores cree que el consumo aumentará este año un 2,8%.

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