Aclaración
Ante la carta al director publicada en EL PAÍS, con fecha 30 de diciembre, titulada Asistencia sanitaria irracional, desde la Dirección Provincial del Insalud de Toledo deseamos responder con el fin de que no quepa duda de la correcta atención de la que fue objeto el paciente don Antonio López Hernández. Antes de entrar en valoraciones contaremos brevemente cómo sucedieron los hechos.El paciente al que nos referimos, de 70 años de edad, con antecedentes de cardiopatía isquémica y episodios de angina inestable, fue enviado al servicio de urgencias del hospital Virgen del Prado de Talavera de la Reina (Toledo) desde el centro de salud de Arenas de San Pedro (Ávila). Cuando llegó al hospital se le realizaron las exploraciones correspondientes, tanto físicas como complementarias, las cuales fueron compatibles con IAM (infarto agudo de míocardio). Durante su estancia en urgencias se le estabilizó hemodinámicamente, y los síntomas cedieron.
Dado que en aquel momento en la UVI del centro se carecía de camas libres, los monitores estaban ocupados y el paciente necesitaba monitorización cardiaca continua, los profesionales del servicio de urgencias decidieron su traslado a otro centro que dispusiera de dichos medios.
Puestos en contacto. con el hospital de Ávila, comunicaron que en ese momento había camas de UVI disponibles y que aceptaban al paciente. Luego se acordó su traslado en una UVI móvil, perfectamente dotada y acompañado por un facultativo especialista en anestesia y reanimación y una ATS. Previo al traslado, se llamó a Tele Ruta (DGT), donde aseguraron que el acceso hasta Ávila por carretera era viable.
En contra de lo que se había informado en la DGT, al llegar al puerto del Pico, la Guardia Civil no permitió continuar a la ambulancia, dadas las malas condiciones climatológicas, por lo que se vieron obligados a regresar a Talavera de la Reina. Unos 10 kilómetros antes de llegar al hospital talaverano, el
paciente presentó un cuadro de bradicardia progresivo y no respondió a las medidas habituales de reanimación; falleció minutos después.
Desde el Insalud de Toledo desmentimos tajantemente que exista desatención alguna o trato discriminatorio a los pacientes del sur de Ávila en el hospital de Talavera de la Reina, tal y como pretenden hacer saber a los lectores don César Dégano y doña Beatriz Alonso, firmantes de la carta al director. En este sentido es oportuno referir que más del 12% de los ciudadanos que se atienden en el hospital Nuestra Señora del Prado vía urgencias acuden de la comarca del valle del Tiétar, una proporción que aumenta durante los meses de verano.
Debe quedar claro que los profesionales del servicio de urgencias no preguntan antes por la procedencia del ciudadano que les necesita, simplemente actúan conforme a la ética profesional, usando los recursos técnicos y humanos de que en ese momento disponen, planteamiento que se llevó a cabo con todo rigor en este caso. El paciente no fue rechazado, sino conducido al sitio en el que en ese momento disponían de los recursos asistenciales necesarios.Por otra parte, conviene responder a las dos preguntas formuladas por los firmantes de la misiva: ¿se puede dejar de ingresar a una persona en estado crítico? ¿No se puede colocar una cama, aunque sea en el pasillo? Pues bien, precisamente por el estado crítico del paciente se buscó, realizando todas las llamadas y gestiones necesarias, un lugar adecuado a la altura de las necesidades asistenciales del mismo, y este sitio, como pueden comprender, no es precisamente una cama en el pasillo. No es una cuestión de burocracia, sino de sentido común.
Esperamos que sepan comprender que se actuó lo más profesionalmente posible-
. Gabinete de prensa del Insalud de Castilla La Mancha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.