Mandela se une por primera vez a los esfuerzos de paz para los Grandes Lagos
Unos cien mil refugiados hutus ruandeses cruzaron ayer la frontera tanzana en dirección a Ruanda y otros tantos iban de camino, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En algunos momentos llegaron a pasar 15.000 a la hora. Mientras, el presidente surafricano, Nelson Mandela, se unió por primera vez a. los esfuerzos para buscar una salida a la crisis de la región de los Grandes Lagos. Sin embargo, la cumbre de Nairobi tiene escasas perspectivas sin la presencia de Zaire.
"Resulta difícil ver qué se puede lograr sin la presencia de Zaire", declaró un delegado. Esta ausencia, al parecer en protesta por lo que el Gobierno de Kinshasa considera apoyo de Ruanda y Uganda a una rebeleión en el este del país, constituye un serio obstáculo a las esperanzas de progreso.Mandela, en su primera visita oficial a Kenia, se unió a los presidentes del país anfitrión, Eritrea, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue. También estaba presente el primer ministro de Etiopía. Ni los rebeldes ni el régimen militar de Burundi fueron invitados a participar, según funcionarios kenianos.
En unas breves declaraciones antes de que los líderes iniciaran sus consultas a puerta cerrada, Mandela se disculpó por la brevedad de su estancia. La cumbre empezó a primera hora de la tarde y el presidente surafricano, según su portavoz, emprendió regreso a Pretoria dos horas más tarde. Explicó que la nueva Constitución de Suráfrica prohibe que él y el vicepresidente estén fuera del país al mismo tiempo.
"Tenemos unas 280.000 personas que o han regresado a Ruanda o están de camino", declaró ayer en Ginebra un portavoz del ACNUR. Esta fuente cifró en 103.000 los refugiados hutus que ayer cruzaron a Ruanda desde Tanzania, el mayor movimiento de regreso en la zona en un solo día. Esa cifra eleva a 133.000 los retornados durante los últimos tres días. Al me nos unos cien mil estaban de camino y otros cincuenta mil se preparaban para abandonar los campamentos de la zona de Kitale.
Desde el 15 de noviembre, al menos 720.000 ruandeses de los cerca de dos millones que huyeron a los países vecinos en julio de 1994 han vuelto a su país, del que huyeron tras la victoria de los rebeldes tutsis en la guerra civil ruandesa. Los enfrentamientos entre el Ejército zaireño y la guerrilla tutsi en el este de Zaire, que provocaron el retorno de 560.000 refugiados a Ruanda, y la decisión ahora del Gobierno tanzano, han conseguido en un mes lo que ACNUR no había logrado en dos años: el regreso masivo de ruandeses a su país.
El 5 de diciembre las autoridades tanzanas anunciaron que los 540.000 refugiados a los que acogían desde 1994 debían abandonar su territorio antes de que acabara este mes. El pasado sábado, decidieron cerrar el campamento de Benaco, el más grande del país, lo que provocó la inmediata formación de una columna de refugiados de unos noventa kilómetros en dirección al interior de Tanzania. Horas más tarde, los refugiados, escoltados por tropas tanzanas comenzaron a llegar a la frontera y el flujo de entrada en Ruanda no ha dejado de aumentar desde entonces.
Por otra parte, el presidente zaireño, Mobutu Sese Seko, ha anunciado que regresará hoy a su país tras cuatro meses de ausencia repartidos entre Suiza, donde a finales de agosto fue sometido a una operación de cáncer de próstata, y Francia, donde pasó parte de la convalecencia en su lujosa mansión de la Costa Azul.
Zaire preparaba ayer una tumultuosa bienvenida a Mobutu, con la radio oficial pidiendo a la población que se manifestara hoy y el partido en el poder organizando medios de transporte y distribuyendo camisetas con la efige del presidente.
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