Misiones que acaban en fracaso

Médicos del Mundo (MDM) llegó a Kigali hace 15 días en un avión pagado por el dinero recaudado en una gala televisiva. El equipo estaba compuesto por expertos en emergencia. Pero cuando llegaron no había emergencia alguna. Los refugiados de Goma ya estaban en sus casas o de camino a ellas. Se quedaron sin proyecto. Durante dos semanas han tratado inútilmente de reconvertir su actuación. "El mayor problema es cuando una ONG se queda sin proyecto", dice una fuente del Comité Internacional de la Cruz Roja; "entonces van dando tumbos y tratan de meterse en el campo de otros". El primer avión español cargado con ayuda que llegó a Zaire, en octubre, aterrizó en Kinshasa. A miles de kilómetros de terreno selvático de la zona afectada. El flete lo pagó la Agencia de Cooperación Española. Nada de su contenido llegó a los refugiados. La decisión de volar a Kinshasa no fue correcta desde el punto de vista humanitario, pero el vuelo tenía otro fin: transportar geos para proteger la Embajada española.

Una ONG que el Gobierno ruandés no desea identificar aterrizó en Kigali con un cargamento de medicinas caducadas. Otro avión llegó de Rusia con medicamentos cuyos prospectos estaban escritos con caracteres cirílicos. "Las medicinas son un problema", dice el consejero del ministro de Sanidad; "muchas llegaron con una fecha de caducidad muy próxima". Milagros Font, de Médicos sin Fronteras (MSF), considera que eso es debido a la falta de experiencia de algunas ONG. "Nosotros tenemos controles muy estrictos. Hay que- pasar por muchas burocracias, entre ellas la local; por ello usamos productos con una vida de más de un año". Un español de MDM dice que la causa está en las multinacionales fármacéuticas, que en estos casos se desprenden de sus excedentes.