El Gobierno de Zaire acusa al Ejército de Uganda de ocupar una ciudad al norte del país
El Gobierno del mariscal Mobutu Sese Seko acusó ayer al Ejército de Uganda, de mayoría tutsi, de sumarse a la guerra en el norte de Zaire. El régimen de Kampala reconoce haber atacado las ciudades zaireñas de Kasindi y Beni -la última cayó ayer-, al norte del lago Edward, pero sólo para bombardear posiciones de rebeldes ugandeses que, dicen, reciben apoyo de Kinshasa. Varios cientos de kilómetros al sur, los combates entre el Ejército de Burundi y los rebeldes hutus están provocando un nuevo éxodo de refugiados, esta vez hacia Tanzania. Precisamente ha sido en Tanzania, en el campo de refugiados de Kigoma, donde ayer se estrenó la fuerza multinacional liderada por Canadá.
La crisis de los Grandes Lagos se extiende al norte y al sur como la pólvora. La frontera entre Ruanda y Zaire ha dejado el protagonismo de los combates, que son ahora más al norte e incluyen a un nuevo contendiente: Uganda.El Gobierno de Kinshasa acusó ayer al de Kanipala de sumarse al ataque tutsi al noreste de Zaire. "Los ugandeses han atacado posiciones del Ejército zaireño en Kasindi", afirmó ayer el ministro de Información zaireño, Boguo Makeli. Kampala reconoce haber bombardeado la zona, pero niega haber atacado tropas zaireñas. Dice que su objetivo eran los rebeldes ugandeses que, con el apoyo de Kinshasa, atacan su frontera. "Estamos hartos de esos bandidos. Vamos a acabar con ellos", ha afirmado el teniente coronel ugandés Geoffrey Muheesi, según publicaba ayer el diario gubernamental New Visión.
Zaire niega cualquier apoyo a los rebeldes y dice que responderá al ataque de Uganda, pero no sabe ni cuándo ni cómo. "Uno no puede iniciar un contraataque sin estar seguro de a qué conducirá", se excusó el ministro Boguo Makeli. De momento, un hecho cierto: a las 15.30 de ayer cayó la ciudad de Beni, al norte de Kasindi, según reconoció el portavoz del Ejército zaireño. Y una anécdota: el volcán Nyamulagira, situado en el parque nacional de Virunga, cerca de los ahora desiertos campos de refugiados de Kahindo y Katale, entró ayer en erupción y formó un río de lava de unos 10 kilómetros.
El avance tutsi al noreste de Zaire estaría llevando al Gobierno de Kinshasa, según cooperantes en la zona, a defender una intervención militar intemacional a gran escala para intentar recuperar el terreno perdido en la región de los Grandes Lagos.
La intervención, a mínima escala, acordada por la comunidad internacional para llevar ayuda humanitaria a los refugiados se estrenó ayer en Tanzania. La negativa de Zaire y Ruanda a pernútir la utilización de su espacio aéreo para lanzar ayuda en paracaídas, así como la clara oposición de los rebeldes banyamulenges, liderados por Laurent Kabila, a favorecer esta forma de colaboración con los refugiados, hizo que, ayer, el primer paquete de ayuda fuera a parar al campo de Kigorna en Tanzania.
Hacia Tanzania y desde Burundi se dirige un nuevo éxodo de refugiados. Los rebeldes hutus aseguraron ayer que se han hecho fuertes en las cinco principales regiones de Burundi y que los combates están provocando una nueva huida de desplazados.
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