Polémica en Italia sobre los nuevos directores de la Bienal de Venecia

Dos intelectuales asociados a la izquierda, Felice Laudadio y Germano Celant, fueron designados el pasado viernes, respectivamente, responsables del festival cinematográfico y de la Bienal de las artes plásticas de Venecia, entre un coro de críticas. La polémica se refiere, sobre todo, a Celant, cuya elección requirió cinco votaciones, pero alcanza también a Laudadio, el periodista y productor recomendado por Gillo Pontecorvo, su antecesor en el cargo.Contra Celant, crítico conocido por sus análisis del arte pobre, se han alzado pintores como Pietro Dorazio y Jannis Kounellis, que reprochan que el sucesor de Jean Clair al frente de la gran muestra veneciana sea un asesor del Museo Guggenheim de Nueva York y el organizador de la Bienal de la Moda de Florencia, una manifestación que ha suscitado abundante rechazo en el mundo de la cultura por su empeño declarado de asimilar los diseñadores de ropa a los artistas.

El principal contrincante de Celant en esta elección era el historiador napolitano Achille Bonito-Oliva, cuya dirección de la la Bienal de 1993 fue muy criticada. Un elemento decisivo en la designación de Celant ha sido el apoyo del alcalde de Venecia, el Filósofo Massimo Cacciari, que ya había encargado al crítico la organización de un museo permanente de arte contemporáneo en los locales del Pabellón de Italia.

Las críticas a la designación de Laudadio, elegido por el comité de la Bienal en la primera votación, son más directamente políticas, debido a que el nuevo responsable del festival de cine fue crítico y redactor jefe de L'Unitá, el diario de tradición comunista, antes de ingresar en la European Film Academy de Ingmar Bergman y Wim Wenders y de debutar en la producción de películas como Il lungo silenzio della Von Trotta o Al di lá delle nuvole, de Michelangelo Antonioni.

Los dos nombramientos caducarán, respectivamente, tras la Bienal de junio de 1997 y el festival de cine de septiembre del mismo año.