Canadá propone lanzar ayuda humanitaria desde el aire
El Gobierno norteamericano, respaldado por el británico, contagió ayer a Canadá su cautela sobre el aspecto militar de la operación en Zaire. El ministro de Asuntos Exteriores canadiense, Lloyd Axworthy, propuso que la ayuda humanitaria a los refugiados del este de Zaire sea lanzada desde el aire. El ministro pidió también que el cuartel general del operativo quede establecido en Uganda. El Gobierno de Ottawa ha dado un ultimátum hasta mañana jueves para que los países que lo deseen apoyen esta acción.Por su parte, España reiteró por boca de su titular de Defensa, Eduardo Serra, plena disponibilidad a contribuir inmediatamente en la puesta en marcha de la operación. Serra dijo que el Gobierno no descarta ampliar sus efectivos, informa Efe. España ha ofrecido entre 350 y 400 soldados, en su mayoría legionarios.
En la escala de opciones abierta después de la reunión de Stuttgart, el ministro de Defensa de Canadá, Douglas Young, no se atrevió a decir que haya un país que no esté "listo para desplegar sus tropas en el terreno".Autorización formal
El Comité de Supervisión de la ONU aplazó ayer de nuevo la autorización formal para pasar de la fase alfa a la fase bravo de la operación, en la que se concreta el planeamiento de la misión que pone al general Maurice Baril en disposición de ordenar el envío de tropas. Para llegar a la ejecución de los planes es necesario, además de definir con precisión los objetivos, completar las tareas de infraestructura y logística, organizar un cuartel general en la zona y establecer los imprescindibles controles de tráfico aéreo.
Persisten las dudas sobre la misión y el número de soldados, a juzgar por la afirmación del ministro de Defensa de Canadá en Washington, tras entrevistarse con su homólogo norteamericano, William Perry: "Ni nosotros ni ninguno de nuestros aliados estamos ansiosos por apresuramos a entrar allí". Young considera un éxito que cientos de miles de refugiados hayan vuelto a sus hogares "sin disparar un sólo tiro", aunque sigue creyendo que "no se puede cuestionar la necesidad de ayuda humanitaria". El objetivo, en estos momentos, es el de "asegurar que la ayuda humanitaria se entrega con garantías de seguridad". Para ello, se sigue calculando que sería suficiente con 1.000 o 1.500 soldados.
Aunque feliz por las perspectivas de no intervención, Washington no quiere dar la impresión de que ha vuelto las espaldas al problema. El Departamento de Estado asegura que no existe "la opción de no hacer nada".
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