Estado agónico
Antonio Gala ha cultivado todos los géneros literarios, aunque ha obtenido sus mayores éxitos en el teatro. Desde 1963, año en que obtuvo el Premio Nacional Calderón de la Barca por Los verdes campos del edén, se dedica exclusivamente a la literatura. En 1972 le fue concedido el Premio Nacional por Los buenos días perdidos, y con El manuscrito carmesí, su primera novela, ganó el Planeta en 1990.El escritor considera que el estado del teatro puede calificarse de "agónico" en la actualidad, aunque se manifiesta contrario a potenciar políticas de subvenciones, ya que, en su opinión, eso significa ponerle trabas a la libertad creadora. "Me declaro partidario del teatro Privado. No es un problema de falta de dinero, sino de espectadores: sin el público, el teatro no existe", señaló. Antonio Gala hizo alusión a la falta de educación teatral de la gente, que se siente atraída por propuestas más superficiales pero mejor presentadas. Por ello, y teniendo en cuenta que el hecho dramático cumple una función social, el teatro ha de ser reflejo de la sociedad que intenta retratar, y adaptar sus proyectos a las nuevas necesidades y demandas.
Babelia
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