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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El abrazo de Bilbao

VISITAS OFICIALES, de Estado, son las realizadas a otro Estado. Cuando un presidente del Gobierno se desplaza a alguna parte del territorio nacional, no está de viaje oficial. Cuando Felipe González viajó a Bilbao con ocasión de las inundaciones de 1983, ¿realizaba una visita privada? ¿Lo eran sus viajes a San Sebastián con motivo del asesinato del senador Enrique Casas, en 1984, o de Fernando Múgica, en enero pasado? Si tales viajes no fueron oficiales, es cierto que hacía 16 años que un presidente del Gobierno no se desplazaba al País Vasco en visita oficial. Concretamente, desde la agitada de Suárez en 1980: cuando se negociaba el concierto económico cuya renovación se acaba de firmar. El hosco recibimiento entonces dispensado por el PNV se ha tornado en cálida recepción ahora.Hay que felicitarse de ese cambio, porque la convivencia no sólo se basa en recuerdos comunes, sino también en olvidos compartidos. Hace ahora tres años, en noviembre de 1993, Aznar condicionó su apoyo al Gobierno de González en tomo a ciertas cuestiones entonces muy debatidas, a la rectificación por parte de los socialistas de su "equivocada" política de pactos con los nacionalistas. Ahora son los socialistas los que piensan que Aznar ha ido demasiado lejos en sus concesiones. El punto de vista del PP es que sólo dando satisfacción a las demandas nacionalistas podrá contarse con el PNV para la tarea de normalización de Euskadi. Ojalá sea así, aunque es una aspiración ya invocada otras veces: hace 17 años, cuando se aprobó el Estatuto de Gernika tras arduas negociaciones en el filo de la navaja entre Suárez y Garaikoetxea; en 1982, al llegar el PSOE al poder; e incluso con ocasión de algunos cambios de titularidad al frente de Administraciones Públicas.

Ahora también Aznar ha expresado ante Ardanza su disposición a propiciar un desarrollo íntegro del estatuto, si bien ha mantenido su reticencia a la transferencia de la gestión de la Seguridad Social si ello implica la ruptura del criterio de caja única, a lo que se oponen, sobre todo, los sindicatos. En esto las cosas están, alí pues, como hace tres años. Entonces, el PNV se negó a aceptar algunas transferencias sobre las que existía acuerdo hasta que no lo hubiera también en las cuestiones conflictivas: Seguridad Social e Inem, sobre todo.

Preguntado sobre la posibilidad de una salida negociada al problema terrorista, Aznar invocó el Pacto de Ajuria Enea, cuyo punto 10 condiciona cualquier iniciativa de negociación a la acreditación por ETA de su voluntad de dejar de matar. En su visita al Ayuntamiento de Bilbao, el presidente del Gobierno recibió de manos de un concejal de HB un ejemplar de la propuesta de negociación de ETA (la llamada Alternativa democrática). Dicha alternativa, difundida en abril de 1995, forma parte de un texto más amplio que incluye la reivindicación por ETA de su intento fallido de asesinar a Aznar. El mensaje transmitido por el concejal era subrayado por pintadas callejeras en las que se decía, en euskera: "Aznar, estás muerto".

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