Rato extrema el control sobre el gasto de 1996

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, extremará el control sobre el gasto público para garantizar que se cumpla el objetivo de situar el déficit de las administraciones públicas en el 4,4% del Producto Interior Bruto (PIB) a Final de año. Los datos del déficit de caja del Estado (ingresos menos pagos) del mes de octubre serán claves para determinar si se adopta alguna decisión drástica, como un nuevo recorte, lo que se teme en algunos ministerios consultados. Fomento y Medio Ambiente serían los ministerios principalmente afectados, según fuentes consultadas.De momento, la intención es hacer una seria advertencia y buscar un compromiso político para que a final de año ningún departamento adquiera obligaciones (criterio Maastricht) por encima de sus créditos iniciales. Si bien hasta el mes de septiembre (últimos datos publicados) las cifras del déficit de caja siguen una senda descendente (el -13,2% en relación a los nueve primeros meses de 1995), la realidad es que el cambio de Gobierno ha podido ralentizar decisiones de gasto que empezarán a aflorar en los resultados del mes de octubre. La extrema vigilancia de la Unión Europea al respecto y la espada de Damocles de los fondos de cohesión son las bridas que el equipo de Rato utilizará para que no se desboque el gasto.

Existe, además, una cierta preocupación por la marcha de los ingresos. De hecho, en el avance de liquidación publicado el pasado mes de septiembre el Gobierno ha estimado para 1996 una recaudación inferior en 138.000 millones de pesetas con respecto a lo previsto en los presupuestos de este año.

En los meses de agosto y septiembre, los resultados de caja reflejan dos caídas consecutivas (-12,4% y -7,4%) de la recaudación por el Impuesto sobre la Renta, que significa casi la mitad de todos los ingresos obtenidos por el Estado. Además del mayor ritmo en las devoluciones de renta, se empieza ya a notar el efecto del descenso en las retenciones del capital mobiliario por el trasvase desde cuentas corrientes remuneradas hacia los fondos de inversión (tres billones de pesetas), debido al tratamiento fiscal de las plusvalías decretado el pasado mes de junio.

En los ingresos patrimoniales (beneficios del Banco de España y privatizaciones, sobre todo) la cifra alcanzada el pasado mes de septiembre se ha situado en 545.000 millones, cuando lo previsto para todo el ejercicio actual son 1,18 billones; es decir, más del doble.

En cuanto al déficit de las Administraciones públicas centrales (Estado y Seguridad Social) la principal preocupación del Gobierno es que los ingresos por cotizaciones sociales estarán este año por debajo de las previsiones en unos 200.000 millones de pesetas.