Amor entre muchachos
Dentro de la cada vez mayor proliferación de películas que narran las relaciones entre personas del mismo sexo, siempre mucho más hombres que mujeres, hasta casi constituir un subgénero, Beautiful thing ocupa una posición muy particular por motivos muy diversos.En primer lugar, narra en tono de comedia cómo dos adolescentes, que viven con sus respectivas y peculiares familias en un barrio obrero, se enamoran y tras las dudas que se plantean acaban por asumir su personal sexualidad dentro de una sociedad hostil.
Luego, por estar basada en la obra homónima de teatro de Jonathan Harvey, un joven y prometedor autor de algunas obras de éxito, convertida en guión por él mismo, y por estar dirigida por Hettie MacDonald, que tras encargarse de la dirección del montaje teatral, debuta como realizadora con esta película.
Beautiful thing
Directora: Hettie MacDonald. Guionista: Jonathan Harvey. Fotografía: Chris Seager. Música: John Altman. Intérpretes: Glen Berry, Scott Neal, Linda Henry, Tameka Empson, Ben Daniels. Reino Unido, 1996. Estreno en Madrid: Madrid, Renoir (V.O.).
Y, por último, porque, como casi todas las producciones de Channel Four Films, la importante productora británica tiene un subrayado tono realista, que aparece como claro heredero de las tendencias puestas de moda a principios de los sesenta por los hoy famosos miembros del free cinema.
La mezcla de estos elementos da lugar a una previsible comedia realista, que funciona bien pero resulta poco original, y deja demasiado claros sus orígenes teatrales, donde destaca en especial la habilidad de Hettie MacDonald para dirigir actores.
Siguiendo una larga tradición que hace que los actores británicos se sitúen entre los mejores del mundo, lo más atractivo de Beatiful thing es el trabajo de sus jóvenes protagonistas. Tanto la pareja de enamorados formada por Glen Berry y Scott Neal como la muchacha Tameka Empson.
Frente a unos naturalistas y eficaces diálogos, que lógicamente constituyen la sólida base de sustentación de la película, desentona un final demasiado acomodaticio, pero más que por su ton o de descarado final feliz por estar rodado con un estilo muy diferente al del resto de la historia, con un falso lirismo digno heredero del peor Claude Lelouch.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Gobierno de Netanyahu da estatus legal a otros 19 asentamientos israelíes en Cisjordania
Muere a los 78 años el actor Celso Bugallo, premio Goya por ‘Mar adentro’
Koke, batuta y cañón en la rotunda victoria del Atlético en Girona
Estados Unidos intercepta un nuevo petrolero frente a las costas de Venezuela
Lo más visto
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”
- Fernando Blasco, matemático: “Ganar el Gordo es más difícil que encontrar un regalo escondido en un asiento del Bernabéu”




























































