Silencio sobre el aborto
El debate sobre el aborto, que tanto agitó las anteriores campañas, ha sido el gran ausente de la última celebrada en el segundo milenio. Si Clinton es de los denominados pro choice, los partidarios de la libertad de elección de la mujer, y Dole se sitúa en el campo de los pro life, los defensores de la prohibición constitucional del aborto, ni uno ni otro han querido sustraerse votos hiriendo sentimientos. Los únicos que parecen haberlo lamentado son los activistas de la derecha cristiana del Partido Republicano.
Con un EE UU que no está en guerra con nadie y no tiene enemigos exteriores demasiado peligrosos, la política exterior también ha sido obviada, salvo, quizá, por las alusiones de Dole a la necesidad de un mayor gasto militar. Sorprende, eso sí, que apenas haya habido menciones al hecho de que, en contra de lo que había prometido, Clinton tendrá que seguir manteniendo el próximo año en Bosnia una parte de los 16.000 soldados de EE UU allí desplegados. El que esa fuerza no haya sufrido pérdidas en acciones militares tiene mucho que ver con la tranquilidad con que los norteamericanos contemplan el asunto.
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