El aviso alemán

LA POSIBILIDAD de que Alemania, el país central para el proyecto de la moneda única europea, no cumpla algunos de los criterios de Maastricht abre nuevas perspectivas, no todas halagüeñas. El informe de los seis grandes institutos alemanes de coyuntura prevé que Alemania acabará 1997 con un déficit público de un 3,5% del PIB y un 61% de deuda, cuando Maastricht pone unos topes del 3% y 60%, respectivamente. El Gobierno de Bonn se mantiene firme en que cumplirá.El informe hace una previsión positiva: un crecimiento económico para Alemania -1,5% en 1996 y 2,5% en 1997- superior al anticipado por el Gobierno, lo que debería resultar beneficioso para el conjunto de Europa. No obstante, a pesar de este mayor crecimiento, los institutos vaticinan que el paro seguirá aumentando hasta afectar el año próximo a cuatro millones de personas (10,4% de la población activa).

Estas perspectivas no pueden ser motivo de regocijo para quienes en España ven que así se abre la puerta a una mayor flexibilidad en la interpretación de los criterios de Maástricht, cuando llegue el examen en la primavera de 1998. Para empezar, el aprobado general político -ante el incumplimiento alemán- no está garantizado. Es más, el juez especialista de legislación comunitaria en el Tribunal Constitucional de Karlsruhe ha recordado estos días que, por ley, no cabe una interpretación laxa de los criterios y que "sólo los números cuentan7. El paso adelante hacia la moneda única podría verse frustrado por trabas jurídicas.

Alemania tendrá que hacer nuevos esfuerzos para cumplir los criterios fijados.. Los institutos piden recortes complementarios de 1,2 billones de pesetas, lo que equivale a doblar el ajuste ya realizado para 1997. Contabilidad creativa aparte, si Alemania hace tal esfuerzo pedirá otro tanto a los socios que quieran participar en el euro.

En este contexto, Alemania se está replanteando la financiación de la Unión Europea, a la que, según la carta remitida a sus colegas de gabinete por el ministro de Hacienda, Theo Waigel, estima que está contribuyendo en exceso. Aunque la tesis resulte engañosa -pues Alemania saca de la UE, a través del mercado único, mucho más de lo que sugieren las cifras de su contribución neta al presupuesto-, es una clara indicación de que Bonn está preparando desde ahora el terreno para un recorte que afectará a los fondos estructurales, y al Fondo de Cohesión, de gran importancia para los equilibrios españoles en la UE.

Elpresidente del Gobierno español, José María Aznar, puede considerar que "no hay que hablar de eso ahora, sino en 1999", año en el que concluye el actual acuerdo financiero. Pero la realidad es que, ya sea a través de la "geometría variable" y su relación con las finanzas comunitarias, ya sea en relación con el pacto de estabilidad para la moneda única, otros están empezando ya a tomar posiciones. No parece casual que la Comisión Europea acabe de publicar un informe que refleja una clara aproximación de los países más atrasados a la media comunitaria gracias a la ayuda regional.