_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El mito de la mujer-niña

Dentro de esa serie ejemplar de exposiciones que se denominan "Contextos de la colección permanente", el Museo Thyssen-Bornemisza presenta ahora la titulada "Kirchner. Frünzi ante una silla tallada, 1910", que, además del maravilloso cuadro del propio museo, reúne otras 15 obras, entre óleos, acuarelas y dibujos de este mismo artista, procedentes de diversos museos alemanes, más un par de fotografías de la propia Fränzi, una de las cuales fue realizada por el pro pio Kirchner. Naturalmente, todo el con junto, no hace falta ni sugerirlo, es alusivo al tema central del cuadro conservado en el Museo Thyssen-Bornemisza, de manera que éste luce en su máximo esplendor significativo. Esto es en sí muy oportuno para sacar partido a cualquier obra maestra, pero, además, permítaseme resaltar que, en este caso, cobra una especial relevancia, porque el expresionismo alemán es, dentro del siglo XX, una de las partes mejor representadas en la colección Thyssen-Bornemisza.

Más información
Rostros de la musa de Kychner en el Tyssen

De hecho, en dicha colección hay hasta ocho cuadros de Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), fundador y principal cabeza directora del grupo expresionista Die Brücke (El Puente), creado en Dresde en 1905, pero suman la treintena los pertenecientes a otros miembros de este histórico grupo expresionista y los del Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), surgido un poco después en Múnich.

Pero centrándonos en la obra Fränzi ante una silla tallada, cuya datación es históricamente crucial porque es de 1910, un momento decisivo en la evolución del grupo y de la propia obra de Kirchner, hay que señalar que no sólo es una de las más bellas que pintó, sino que testimonia, a través de la modelo, Fränzi, que le sirvió de musa a él mismo y a sus colegas de Die Brücke, la fascinación sentida ante el tipo de mujer-niñaa, una forma más de evocación nostálgica del mundo primitivo, salvaje, que, desde Gauguin, se incorporó a la vanguardia histórica. Desde luego, no hace falta romantizar en exceso el personaje en cuestión, si bien entra de lleno en esta mitología de tardo-romanticismo simbolista que envolvió con particular fuerza el universo cultural germánico del momento, pero, en todo caso, fue Kirchner el que supo sacar un máximo provecho plástico y literario de esta inquietante y frágil figura, expresión de la inocencia y la perversidad, del subterráneo universo de lo instintivo y del submundo de la marginación. La selección realizada para la ocasión por la Comisaria de la muestra, Magdalena Moeller, directora del Brücke Museum de Berlín, sirve para que el retrato de Fränzi, cuyo busto está bellamente estilizado en un primer plano en el cuadro de la Thyssen, se pueda observar en las otras dimensiones trabajadas por Kirchner, con sus desnudos de posturas forzadas y formas puntiagudas, o se pueda contrastar con otras imágenes semejantes, como la de Marcella, la, supuesta hermana de Fränzi. Se trata, en fin, de una magnífica muestra, que no sólo cumple con el designio de contextualizar una obra capital de la colección, sino que nos introduce de lleno en el universo estético, psicológico y moral de uno de los primeros y más relevantes movimientos de la vanguardia histórica, además, en fin, de servimos en bandeja un asunto romancesco apasionante.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_