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Entrevista:

"España es una imitación de su poesía, y no al revés"

Derek Walcott (Castries, capital de la isla de Santa Lucía, 1930) es la figura central del I Festival Internacional de Poesía que se celebra en Las Palmas de Gran Canana con la asistencia de un centenar de poetas de 20 países. El premio Nobel de Literatura de 1992 que clausurará mañana el encuentro con una conferencia en homenaje a Joseph Brodsky, ultima en Nueva York su próxima obra lírica. The bounty incluye poemas sobre viajes, un buen número de elegías a amigos desaparecidos- y varios cantos "a la relación entre leer poesía española y estar, en España".P. ¿Es usted buen conocedor de la poesía española?

R. No conozco la poesía española en el sentido clásico, cronológico, pero sí conozco, por supuesto, a sus principales poetas desde San Juan de la Cruz y Juan Ramón Jiménez, a Antonio Machado, Federico García Lorca o Vicente Aleixandre.... siempre en traducciones, claro. En el siglo XX hay poetas españoles muy poderosos, cuya lectura me hace creer que España es una imitación de su poesía, y no al revés. Si estás aquí y vas a Granada y piensas en Lorca, piensas en la Granada de Lorca. Leyendo a Lorca o a Machado o cualquier otro de los grandes poetas españoles descubres la auténtica realidad de este país. Cuando vine a España tuve la sensación de que ya la conocía a través de sus poetas, y también a través de Hemingway, que tanto la amaba.

P. Para usted, ¿cuál debe ser el compromiso de un poeta con su tiempo?

R. A nadie le gusta describir el papel de poeta, en términos sociales. En la república ideal de Platón se prohibía la poesía, porque no había agitación, todo era perfecto. Y es por ello que los comunistas también desterraron a los poetas, porque la sociedad comunista supuestamente era perfecta, en el sentido de que las necesidades primarias de los ciudadanos estaban cubiertas. Para mí, la función del poeta no es otra que contar lo que él cree que es la verdad, y esto no quiere decir que sean héroes, aunque en el siglo XX los poetas han sido las víctimas más importantes de muchas tiranías.

P. ¿The bounty mantiene su compromiso hacia el pueblo caribeño de obras anteriores?

R. Mi primer compromiso es intentar escribir un buen poema. Supongo que se referirá usted a Omero, que era un libro fundamentalmente de agradecimiento y que trataba de poner de manifiesto lo absurdo de, la concepción que se tiene del Caribe como una especie de gran complejo turístico con una sociedad, según esta visión, sin historia, sin pasado y sin cultura. Mi intención no era polemizar desde el punto de vista político, sino destacar el gran logro de que distintas culturas y distintas razas vivan allí.

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