La primera antológica del escultor Juan Muñoz transforma radicalmente el Palacio de Velázquez
El artista español considera que la política del PP "ha destruido el IVAM"
Juan Muñoz (Madrid, 1953) vuelve cansado y satisfecho a Madrid para mostrar algunas de las obras que han hecho de él en el extranjero uno de los artistas más reconocidos. Muñoz presenta a partir de hoy en el Palacio de Velázquez una gran muestra de su obra, mientras en Nueva York otra gran exposición suya permanecerá abierta durante diez meses. Ese retorno triunfal después de varios años no ha ablandado su ánimo y Muñoz expresa su disgusto con el nombramiento del nuevo director del IVAM, porque considera que con ello "se ha destruido el mejor museo que había en España".
La instalación de la exposición de Juan Muñoz en el Palacio de Velázquez capta inmediatamente la atención del visitante. Ha trastocado los espacios habituales y los ha adaptado a una trama escenográfica que transporta directamente al observador hacia el mundo que le propone el artista. "Creo que el Palacio de Velázquez nunca se ha presentado con toda su gran belleza", decía ayer Juan Muñoz, y reiteraba su intención de aprovechar esa estructura. "Primero es abrirlo a todas sus posibilidades y luego, luchar con él". Tampoco es que llegara con unos planos milimétricamente detallados de cómo sería la exposición. No tenía nada preparado. "Lo hemos montado en un mes", reconoce, pero lo hizo con el impulso que traía al volver de la gran exposición que le dedica actualmente el prestigioso centro DIA Foundation de Nueva York, donde su instalación, que tardó un año y medio en prepararse, se exhibirá durante diez meses.La muestra en el Palacio de Velázquez es también un punto culminante en su carrera. "Para mí esto es un fin de trayecto", afirma Muñoz. "Doce años después del primer balcón que exhibí en Vijande, en 1984 -incluido en la exposición-, volvemos a casa, y volvemos para terminar", dice, para afirmar que se retira temporalmente de la producción artística.
De sus éxitos en el extranjero, Muñoz destaca el reto de ofrecer un lenguaje significativo. "Nueva York es una ciudad dura para el arte", reconoce. "Lo que ves aquí en las galerías es muchas veces mimetismo, además de haber poca información. Allá haces un acto de mimetismo así de pequeñito y te pasan los pies por la cuchilla. A mí esa dureza me apetecía", dice.
Sobre el confuso estado del arte actual, le recordamos que hace unos meses el director de la Bienal de Venecia (Jean Clair) decía que ya no creía en el arte contemporáneo. Juan Muñoz ve en un comentario como éste un síntoma de ceguera. "No sólo él dice eso, sino otros como Antonio Saura, que es un hombre inteligentísimo, y se empeña en machacar a los jóvenes. Clair es un funcionario de la cultura pictórica, es como esos viejecitos reaccionarios que son incapaces de entender lo que se hace ahora. Y Jean Clair, como Juan Manuel Bonet [director del IVAM], son gente que cree en la pintura-pintura", afirma Juan Muñoz, quien resalta su interés por los artistas jóvenes.
La alusión al nuevo director del IVAM no es gratuita, porque MuñoZ considera que este centro de arte valenciano ha perdido el prestigio internacional qué había, ganado. "En este país se ha cometido una masacre histórica, han destruido el mejor museo que había en España, el lVAM, con un golpe de Estado", afirma Mufloz. "Ese museo lo había creado a lo largo de varios años y de forma silenciosa y sistemática un hombre, Vicente Todoli. Llegan, lo tiran y ponen un tío mueble para prepararlo para el Reina Sofía. Bonet va a convertir el IVAM en tierra baldía. Sólo va a colocar a una serie de pintores, porque en este país todavía hay una Escuela de París, desde Tápies a Sicilia, todos los pintores. Hay otra gente que es mucho más joven, gente que está trabajando en pequeñas galerías en Londres, en Alemania, en Nueva York, haciendo vídeos. Clair y Bonet y hasta Saura parecen querer minar sólo hacia atrás. Hay gente muy reaccionaria", apunta.
El 'boom' de los ochenta
Respecto al boom del arte en los años 80, cuando él empezó, tiene un juicio claro. "Ha habido una crisis de mercado en los ochenta, un nivel de especulación muy alto El mercado se ha resentido, pero al arte no. El arte, para mí, está tomando ahora una opción más espiritual, de mayor hondura, de búsqueda de sentimentos, de emociones", dice Muñoz. "Lo que ha cambiado ahora es que el artista ya no es mediático. A mí no me interesa que haya especulación sobre mi trabajo, sino la posibilidad de trabajar hondo".Muñoz sabe que ha sido difícil llegar hasta donde está. "Hay que darle tiempo al tiempo. Yo miro ahora la escalera de Vijande y cómo me trató la prensa entonces, me llamaron el chatarrero, y no me importa. Los años que he vivido fuera me han servido para curtir mi discurso interior. Ha pasado el tiempo y, sí, creo que ha jugado a mi favor".
Babelia
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