Una risa siniestra.

El corazón de la exposición en el Palacio de Velázquez es una impactante pieza titulada Plaza. "Esa pieza la hemos hecho especialmente para el lugar", explica Juan Muñoz. "Hasta los tonos de las esculturas los hemos escogido graduando los grises del suelo, algo troceado, de mármol. Por eso da esa impresión de trompe l'oeil. Se titula Plaza porque es como un lugar de congregación. Todos se están riendo de algo que nadie sabe", comenta el artista.Esa risa es la otra cara de una moneda de oro en su carrera. Acaba de dejar instalada en la DIA Foundation una ambiciosa exposición, en la que se considera una de las catedrales del arte de vanguardia. "Creo que el toque de humor me hacía falta, porque la exposición de Nueva York era una muestra sobre el dolor. Para mí era como sacar la parte más dura de mi interior. Esta exposición es, por dialéctica, mucho menos densa. Pero tampoco se exagera. La risa en mi obra tiene un punto siniestro".

La cara amable de esta moneda es la gran muestra madrileña. "Yo no quería volver a casa después de tanto tiempo con una exposición medio terrible. Me apetecía ser generoso con el espectador y darle una exposición que sea un disfrute para el ojo", dice Muñoz..

La muestra tiene como comisario a James Lingwood y reúne dibujos sobre tela, otros dibujos sobre papel nunca expuestos hasta ahora y varias esculturas e instalaciones. Estará abierta al público hasta el 15 de enero.