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EL DEBATE DE LOS PRESUPUESTOS

El PNV negocia contrarreloj el concierto para decidir si apoya los Presupuestos

Luis R. Aizpeolea

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) es el Único grupo parlamentario que en la madrugada de hoy aún no había decidido su posición ante los Presupuestos de 1997. De una negociación contrarreloj entre el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, y el vicepresidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, que continuaba al cierre de esta edición, dependía su votación del mediodía. Los nacionalistas vascos exigen al Gobierno garantías en la aplicación del concierto económico que se renueva el 1 de enero, antes de dar su apoyo.

Mientras el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, manifestaba a última hora de ayer que las conversaciones "iban mal", otras fuentes no eran tan pesimistas. Ibarretxe y Costa iniciaban en la tarde de ayer una negociación de la que depende el apoyo o re chazo del PNV a los presupuestos, con un tiempo límite, el del mediodía de hoy, fijado por la propia votación presupuestaria en el Congreso. La representa ción vasca, aficionada y a . costumbrada a las negociaciones contrarreloj, seguía sentada bien entrada la madrugada.Aunque el apoyo del PNV no es decisivo para el Gobierno al contar con el respaldo suficiente que le dan los votos de CiU y Coalición Canaria, su actitud marcará su futuro político durante la legislatura.

Tanto al Gobierno como al PNV les interesa el acuerdo. El Gobierno necesita el respaldo del PNV para desarrollar su política en el País Vasco, mientras. los nacionalistas necesitan obtener frutos de las relaciones con el Ejecutivo y el más importante es asegurarse la renovación para cinco años de su sistema de financiación: el concierto económico. El Gobierno vasco se juega nada menos que su capacidad financiera, ya que ésta se ha reducido con el aumento de traspasos del' Estado hacia el País Vasco.

Tanto el lehendakari Ardanza como Xabier Arzalluz, en sus últimas reuniones con el presidente del Gobierno, José María Aznar, dejaron claro que su apoyo estable dependía del éxito de esta negociación pese al cúmulo de conflictos suscitados en las últimas semanas entre los Gobiernos central y autonómico. Los dos líderes nacionalistas han subordinado al éxito de la negociación del concierto los enfrentamientos en temas sensibles como los papeles del Cesid, el órgano permanente vasco-navarro o la distinta manera de entender la política penitenciaria.

Las claves.

La negociación del Concierto Económico entre el Gobierno central y el Ejecutivo vasco tiene tres vertientes: la concertación de los impuestos especiales (alcohol, tabaco e hidrocarburos), la capacidad normativa sobre el IRPF y el impuesto sobre los no residentes. Impuestos especiales. El Gobierno vasco pretende que estos impuestos, una vez que han dejado de constituir un monopolio del Estado, entren en el sistema de concierto, del que estaban exentos. Esto supone que los recaudaría la Hacienda vasca, al igual que los demás. Con ello aumenta la capacidad financiera del País Vasco en 110.000 millones de pesetas, pero no sus ingresos, ya que tiene que compensar posteriormente al Estado. Capacidad normativa sobre el IRPE La cesión a las comunidades de la capacidad normativa sobre el 30% del IRPF ha despejado este punto. El Gobierno vasco quiere tener la misma capacidad que Navarra para decidir sobre el aumento o la reducción de ese impuesto. Impuesto sobre los no residentes. Es el principal escollo. El Gobierno vasco trata de que las empresas presentes en Euskadi, pero cuya casa central está fuera, tributen allí en la parte que les corresponde. Esta pretensión supone arduos problemas legales al poner en juego el concepto de soberanía nacional.

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