Los periodistas se han extraviado "en el laberinto de la tecnología", según García Márquez

Los periodistas se han extraviado "en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro". Esto es lo que cree Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, sobre la evolución de lo que él considera "el mejor oficio del mundo", el periodismo, tal como lo expresó en una conferencia pronunciada en la 52 a Asamblea de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP), celebrada en Pasadena (California).García Márquez reivindicó con cierta nostalgia el espíritu de las viejas redacciones de los diarios, donde la creatividad y la práctica se conjugaban para moldear la condición de los periodistas. Ahora, según García Márquez, dichas "salas de redacción son laboratorios asépticos. para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores".

Las reflexiones del periodista y escritor colombiano ante un foro de más de.200 propietarios de periódicos de América no eludieron las críticas a la obsesión de las empresas por "la competencia feroz de la modernización material", en perjuicio "de la formación de- su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado".

García Márquez expresó sus dudas sobre la capacidad de las escuelas y facultades de periodismo, en su organización actual, para formar de manera adecuada a los periodistas, aunque reconoció su mérito como vehículo de conocimientos. "El infortunio de las facultades de comunicación es que enseña muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo".

Toda la formación debe estar sustentada, de acuerdo con García Márquez, en tres pilares maestros: "La prioridad de las aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición y la conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón".

Como uno de los paradigmas de los males del periodismo, García Márquez citó el de la grabadora. "Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien. con tres recursos de trabajo, que en realidad eran uno solo: la libreta de notas, una ética a toda prueba y un par de oídos que los reporteros usábamos para oír lo que nos decían". Para García Márquez, este artefacto es culpable de la "magnificación viciosa de la entrevista" que ha convencido a los comunicadores de que la voz de la verdad no es tanto la del periodista que vio como la del entrevistado que declaró. "Para muchos redactores de periódicos, la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis".

En la asamblea intervinieron también Rigoberta Menchú y óscar Arias, ambos premio Nobel de la Paz, y el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Los tres oradores se congratularon de los progresos de la libertad de expresión en los países latinoamericanos en los últimos años. La asamblea eligió como nuevo presidente a Luis Gabriel Cano, editor del diario colombiano El Espectador.