La tendencia a retrasar la maternidad aumenta la tasa de infertilidad femenina
Un nuevo procedimiento mejora los resultados de la fecundación 'in vitro'
La tendencia a retrasar la edad de maternidad por motivos laborales y sociales se ha convertido en "un importante factor de infertilidad" que está aumentado la demanda de tratamientos de fecundación asistida. Pero frente a la creencia de que la medicina resolverá el problema, las posibilidades de embarazo que ofrecen las técnicas de reproducción asistida "son limitadas". Así lo advirtieron, entre otros, los doctores Heldon, Galtier-Dereure y Dechaud en el congreso internacional de de Ginecología y Endocrinología celebrado en Barcelona, que ha reunido a más de 800 especialistas.
Varias ponencias aportaron datos sobre los efectos de la edad en la reducción de la fertilidad. Muchas mujeres quieren tener hijos, pero retrasan tanto la decisión que cuando se deciden, se encuentran con que no pueden tenerlos. No sólo porque fisiológicamente la fertilidad disminuye con la edad, sino porque están más expuestas a los factores ambientales que inciden negativamente sobre ellas. "En estos momentos, el 60% de las mujeres que acuden a los programas de fecundación asistida tienen más de 35 años", indicó el presidente del congreso, Santiago Dexeus.
Implante de blastocitos
Conforme avanza la edad, no sólo disminuye la fertilidad sino que también las posibilidades de éxito de la fecundación asistida se reducen. Así, según datos del Instituto Dexeus, mientras en las mujeres de 25 a 29 años la tasa de embarazos por fecundación in vitro se sitúa en un 36,4%, entre las mayores de 40 años se reduce al 18%. Y por encima de los 45 años, las posibilidades se limitan a un exiguo 1%.De modo que el mensaje implícito de los especialistas fue: si quiere tener hijos, intente no demorar demasiado la decisión, porque cuanto más espere, más posibilidades tendrá de fracasar en el intento.
El porcentaje de embarazos de la reproducción asitida no ha aumentado de forma significativa en los últimos años, por eso, una parte del cogreso se centró en analizar las causas. El Instituto Dexeus presentó los resultados de una nueva técnica, denominada cocultivo, que ha conseguido mejorar los resultados.
El nuevo procedimiento consiste, según Pere Nolasc Barri, responsable del servicio de reproducción asistida, en implantar el embrión cinco días más tarde de lo habitual, es decir, cuando ya se ha convertido en un blastocito, aproximadamente una semana después de la fecundación. Mientras tanto, el embrión se desarrolla en un cultivo especial con un nutriente celular que aumenta sus posibilidades de supervivencia.
De las 104 mujeres sometidas al tratamiento, a las que se realizaron 87 transferencias de blastocitos, 31 quedaron embarazadas, lo que representa una tasa de éxito del 35,6%. La tasa de embarazo por cada transferencia de blastocito se sitúa en un 22,5%, es decir, que de cada 100 blastocitos implantados, 22 dan lugar a un embarazo, mientras que si se transfiere un embrión de sólo dos o tres días, la tasa de embarazos no supera el 12%.
El congreso abordó también los efectos y contraindicaciones de los tratamientos hormonales, tanto para la fecundación como para la menopausia. En el congreso se presentaron diversas mejoras en estos tratamientos, entre ellas una nueva gonadotropina obtenida por biotecnología.
Mayor seguridad
Hasta ahora, esta hormona de los tratamientos de fertilidad se obtenían de la orina de mujeres menopáusicas, lo cual tenía dos inconvenientes: la gran cantidad de orina que se necesitaba, y el riesgo de que estuviera contaminada por alguna bacteria o virus no detectable mediante los análisis disponibles. La nueva gonadotropina ofrece la seguridad de una total pureza y de una concentración estable, lo que permitirá ajustar mejor las dosis.El uso de hormonas -una combinación de estrógenos y progesterona- para el tratamiento de la menopausia sigue siendo controvertida. Mientras algunos especialistas siguen indicándola con carácter general, Santiago Dexeus advierte: "No toda menopáusica necesita hormonas. Una mujer sin riesgo de osteoporosis, con estructura más bien pícnica que inicie la menopausia por encima de los 50 años y no presente síntomas, no tiene por qué tratarse".
Tanto Dexeus como Barri advirtieron que no debe administrarse él tratamiento hormonal de forma indiscriminada. "Se ha instaurado la creencia de que el parche lo resuelve todo y muchas mujeres lo piden sin preguntarse si necesitan realmente este tratamiento", añadió.
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