Los vecinos de Afganistan optan por la neutralidad ante el avance islámico

Los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), representados ayer en la cumbre de Alma-Ata (Kazajstán) dedicada a los acontecimientos en Afganistán adoptaron una postura pacificadora y expectante ante el desarrollo de la guerra civil en el vecino país y se comprometieron a no ayudar militarmente al general Dustum, un uzbeko que controla el norte de Afganistán.

En una declaración conjunta, los participantes en la cumbre pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que tome parte en la regulación de la crisis, según la agencia Interfax. El documento condenó la transgresión de los derechos humanos y prometió ayuda humanitaria a los habitantes de las zonas fronterizas de Afganistán y a los refugiados de aquellas regiones. Asimismo, en el marco del Acuerdo de Seguridad Colectiva de la CEI se creará un grupo para observar el desarrollo de los acontecimientos y reaccionar en consecuencia. En una conferencia de prensa, el jefe del Gobierno ruso, Víktor Chernomirdin, subrayó que los esfuerzos deben dirigirse en primer lugar a la resolución pacífica del conflicto.Los resultados de la cumbre de Alma-Ata parecen indicar que los Estados asiáticos miembros de la CEI comparten no sólo el miedo al avance del integrismo islámico hacia sus fronteras, sino también la aprensión de que Rusia pueda utilizar esta carta para incrementar su influencia en la zona y reforzar los vínculos comunes. Rusia tiene un contingente de 25.000 guardafronteras entre Afganistán y Tayikistán, lo que constituye algo más de una décima parte de todas las tropas de este cuerpo.

En víspera de la cumbre de Alma-Ata, los dirigentes asiáticos y rusos se han expresado con diferentes matices. Los rusos comenzaron siendo muy alarmistas y, a lo largo de la semana, han ido tomando posiciones más neutrales. Mientras Moscú ponía el acento en el refuerzo de la frontera común o incluso la ayuda militar a los adversarios de los talibanes, como propuso el secretario del Consejo de Seguridad, Alexandr Lébed, el presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbáiev, dijo ayer que su país estaba dispuesto a proponer iniciativas pacificadoras para Afganistán e indicó que Kazajstán podía jugar en este sentido un papel más adecuado que Rusia.

"Medidas adecuadas"

Si el conflicto en Afganistán traspasa las fronteras de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) o las afecta, los países miembros del Acuerdo de Seguridad Colectiva en el marco de la CEI tomarán "medidas adecuadas", según dijo ayer Nazarbáiev, quien no específico de qué tipo de medidas se trataba'.A la cumbre, que se inició a las nueve de la noche hora local (cinco horas menos en Madrid), acudieron el presidente de Uzbekistán, Islám Karimov; el de Kirguizistán, Askar Akáiev; el de Tayikistán, Emomali Rajmónov, y Chernomirdin, que mantuvo reuniones individuales con sus interlocutores antes de proceder a la reunión general. La declaración conjunta exhortó a todos los participantes en el conflicto, y especialmente a los talibanes, a dejar las armas y sentarse a la mesa de las negociaciones.

A la cumbre de Alma-Ata una iniciativa del presidente Borís Yeltsin, no acudieron los dirigentes de Turkimenistán, país que mantiene una política exterior independiente y que no forma parte del Acuerdo de Seguridad Colectiva de Rusia y los otros Estados asiáticos postsoviéticos.

Ayer, la Duma Estatal adoptó una declaración en la que se constataba "seria preocupación debido a la escalada de la crisis se consideraba que ésta afectaba directamente a los intereses de seguridad de Rusia. El comunicado condenaba los "delitos" cometidos en Kabul, y especialmente el ensañamiento de la ejecución del ex presidente Mohamed Nayibulá.