El Parlamento de Suiza abre el camino a la investigación sobre el oro de los nazis

Los diputados suizos votaron ayer por unanimidad la creación de una comisión de investigación independiente para esclarecer el destino del oro de los nazis y de los bienes de sus víctimas judías depositados en secreto en los bancos de Suiza durante la II Guerra mundial.El Consejo Nacional (Cámara baja) adoptó al término de un debate, convertido en una especie de examen de conciencia, la puesta en funcionamiento de una comisión de expertos reclamada a comienzos del mes pasado por el Gobierno para arrojar luz sobre una página oscura de la historia del país.

"En interés de nuestra reputación debemos examinar nuestro pasado sin prejuicios", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores, Flavio Cotti. Las informaciones publicadas recientemente por la prensa extranjera han sido "turbadoras y en parte insoportables", agregó.

Sin embargo, la libertad de expresión parlamentaria se ha limitado a la Cámara baja y a un número reducido de intervenciones de diputados seleccionados, lo que ha provocado acusaciones de "censura" por parte de los parlamentarios socialistas.

El Consejo de Estados (Cámara alta) deberá pronunciarse a fin de año sobre el proyecto de ley. De ser aporobado, la comisión comenzará su trabajo la próxima primavera y tendrá un plazo de cinco años para dar a conocer sus conclusiones.

Excepcionalmente, la comisión podría levantar el secreto bancario si lo exigen las necesidades de la investigación, tanto en bancos e instituciones financieras privados como en el banco central. Las personas que se opongan a colaborar corren el peligro de cárcel o de multas de hasta 50.000 francos suizos (más de cinco millones de pesetas).

En Estados Unidos y en el Reino Unido se han escuchado recientemente voces críticas que acusan a la banca privada y al banco central de Suiza de haber blanqueado centenares de millones de francos suizos en oro robado en los países ocupados por la Alemania nazi y a sus víctimas judías, incluidas joyas y piezas dentales de los deportados de los campos de concentración. El oro robado se estima en más de 500 millones de francos suizos de la época, cifra que equivaldría a miles de millones de dólares actuales.

Suscita también polémica el montante de los fondos judíos depositados en bancos suizos, que no fueron restituidos a sus propietarios o herederos y que diversas organizaciones judías cifran también en miles de millones.