Los Uffizzi abre 16 nuevas salas con el periodo de oro del arte en Florencia
200 obras de maestros del siglo XVI en 'L'Officina de la Maniera'
La galería de los Uffizzi (Oficios) de Florencia abre hoy las puertas de una gran exposición cuyo título, L'Officina de la Maniera, resulta equívoco con respecto al contenido, ya que no se trata de una muestra sobre el manierismo. Las cerca de 200 obras reunidas, coincidiendo con la apertura de 16 nuevas salas ' de la galería, datan de los primeros 30 años del siglo XVI, antes de que el principado de los Médicis instaurado por Carlos V amanerara la primera pintura moderna. Corresponden a artistas que, como Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Pontormo o Rosso Fiorentino, configuran la época de oro del arte en Florencia
La exposición tiene su origen preciso en la doble efemérides que representa el 500º aniversario del nacimiento de los pintores Jacopo Carrucci, llamado Pontormo, y Giovan Battista di Jacopo, llamado Rosso Fiorentino, que se cumplió el año pasado. Pero no pudo ser celebrado, debido a los, desperfectos que el atentado mafioso de 1993 causó en la galería.Las salas afectadas por la bomba, situadas en el ala norte de los Oficios, sigue en obras. Pero la primera pinacoteca italiana ha logrado abrir 16 nuevas estancias en el primer piso del ala sur. Cuando la exposición de la Maniera cierre sus puertas en enero, las 16 salas se llenarán de cuadros que hoy duermen en el almacén. Los Oficios han tenido abiertas sólo 34 salas durante los últimos tres años.
La idea de una antológica sobre Pontormo y Rosso fue, entretanto, adaptándose a las dificultades que presentaba. Por un lado, estos dos artistas, florentino acérrimo y prudente el primero, cosmopolita e iconoclasta el segundo, tienen poco en común, al margen de que nacieran en la misma zona y año. Sus principales obras son, además, grandes tablas de altar difícilmente transportables.
Libertad nueva
De ahí que Antonio Natal¡ y los demás miembros del equipo organizador de la exposición derivaran hacia el proyecto de rememorar "toda una generación" a la que Pontormo y Rosso pertenecieron sólo vagamente, ya que está integrada por artistas de muy distintas edades y procedencia, pero que compartieron el hecho de trabajar en Florencia entre 1500 y 1530.Fueron los años a caballo de la primera y la segunda República, con el paréntesis del pontificado de León X, el hijo de Lorenzo de Médicis, representado en la muestra por el no menos magnífico retrato de Rafael perteneciente a los Oficios. Años caracterizados por "una libertad nueva, que fue la causa última de la lozanía cultural que Florencia experimentó en la primera década del XVI", según dijo ayer Natali en la presentación de la muestra.Los fondos propios de la galería constituyen naturalmente la primera fuente de la exposición, con aportaciones tan importantes como la Leda y el cisne, atribuida a Leonardo, o el Tondo doni, de Miguel Ángel, que se exhibe rodeado de bustos y esculturas procedentes del mundo clásico que Buonarroti retuerce y manipula.
Pero la Galería de los Oficios ha conseguido, además, préstamos de grandes museos internacionales, como un boceto de Miguel Ángel procedente del Louvre, la Sagrada familia, de Pontormo, procedente del Ermitage; el Alabardero, del mismo artista, procedente del Getty Museurri de Malibu, o el Retrato de joven, del Rosso Fiorentino, procedente de la National Gallery de Washington.El sacrificio de Isaac, de Alonso Berruguete, procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, ocupa un lugar destacado, junto a otras dos obras del mismo autor pertenecientes a os Oficios.
Rito cortesano
La muestra florentina se recrea también en los años de Savonarola, para recoger artistas ajenos a la revolución miguelangelesca, como Filippino Lippi, Perugino, Rodolfo de Ghirlandaio y el primer Boticelli. Y recorre detenidamente el periodo de oro hasta que la llamada manera moderna derivó hacia un rito cortesano, al incluir a Andrea del Sarto, maestro ocasional de Pontormo y Rosso, y a Jacopo Sansovino, Francesco Granacci o Agnolo Bronzino.Están bien representadas la arquitectura y escultura de la época y, por supuesto, el dibujo, que distingue a la pintura toscana de la revolución colorista impulsada en Venecia por Tiziano y Giorgione.
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