"Llamaremos a reservistas para combatir a a la guerrilla"
ENVIADO ESPECIALIntenso el fuego guerrillero como pocas veces antes en Colombia, diarios los secuestros y ataques a objetivos militares y civiles, con más de 150 muertos en tres semanas, el Gobierno convocará en octubre a una parte de sus 150.000 reservistas. "Estamos estudiando el número de reservistas que se va a llamar a filas", para combatir a la guerrilla. En una entrevista con EL PAÍS, el ministro de Defensa, Juan Carlos Esguerra, 47 años, admite la gravedad de la escalada guerrillera, que atribuye a la decisión oficial de no ceder en la erradicación de cultivos de coca y destrucción de los laboratarios utilizados en su procesamiento, y a la errática actuación del Estado en lucha contra grupos con 40 años de existencia."Todo esto es el resultado de que la política de Estado a lo largo de varias décadas ha sido un tanto errática y contradictoria. Y eso, unido a claros problemas sociales y económicos, ha determinado que la guerrilla llegue a adquirir capacidad militar y desencadenar este tipo de acciones simultáneamente".
Esguerra, cuyo ministerio ha retomado un fuerte protagonismo, precisa, sin embargo, que las milicias a las órdenes de Tirofijo o El Cura Pérez no tienen capacidad de dominio territorial, ni sus planteamientos seducen a la población. Más bien la someten en las áreas bajo su control. Lo cierto es que la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) crecen, suman nuevos adeptos, asaltan comisarías, movilizan a cocaleros, queman camiones de gran tonelaje, ingresan millones con el narcotráfico y retienen aún a 60 soldados.
"No creo que puedan descartarse errores en la actuación de la fuerza pública, desde el punto de vista táctico u operativo, errores que son el reflejo de sus limitaciones enormes a lo largo de muchos años de lucha. A la hora de las responsabilidades, las más graves nos caben a los miembros de la sociedad civil, del Estado que no hemos sido definidos a la hora de resolver".
"¿Cómo se vinculan guerrilleros y narcotraficantes?". Esguerra asegura que las fuentes de financiación de la guerrilla con esa alianza son %nmensas". "Pero no significa", precisa, "que todo guerrillero que hay en Colombia sea un narcotraficante, pero la colaboración entre estas dos organizaciones son evidentes. Las guerrillas dan protección militar al narcotráfico en los sembrados, en los laboratorios, en las pistas clandestinas de aterrizaje, y cobran impuestos. Ahora, además, cobran según la cantidad que se produzca, procese o comercie".El ministro de Defensa sostiene que desde hace un tiempo los propios guerrilleros "decidieron dedicarse al desarrollo de modo directo de algunas actividades que antes desarrollaban sólo los narcotraficantes: tienen sembrados, y laboratorios y transporte para la droga. La etapa de la exportación la siguen haciendo los carteles".Esguerra no considera peligrosa la reforma, constitucional reclamada por el Ejército para tener mayor margen de maniobra en el combate de la guerrilla, considerada por sus críticos una vía abierta a la vulneración de los derechos humanos. "Serían peligrosas las reformas si se manejan de forma desbocada o visceral, sobre la base de que alguien pensara que lo que pide el Ejército o la fuerza pública es carta absolutamente blanca para resolver la situación que estamos viviendo".
El ministro subraya como flanco positivo de la petición castrense el hecho de que se haga desde el Estado de derecho y no fuera de él "como ha ocurrido en otras partes, tantas veces, en que la fuerza se sale del ordenamiento jurídico" y se termina "en una guerra sucia". "A lo que apuntan las reformas", prosigue, "es a dotar al ordenamiento jurídico de los dientes que se, necesitan para resolver el problema. Por ejemplo, los estados de excepción quedaron establecidos en la Constitución de 1991 de una manera tan sumamente tímida y recortada que no permiten resolver el tipo de situación que hoy estamos planteando".
Preguntado sobre la presencia de grupos paramilitares junto a las fuerzas armadas, y las denuncias sobre los desmanes cometidos por éstos, Esguerra reconoce la existencia de "episodios aislados, muchos muy graves". "Nosotros hemos querido consolidar una política de derechos humanos, pero ha habido desbordamientos y excesos, pero los episodios que se imputan a los grupos paramilítares -a mí me gusta llamarles grupos de autodefensa- no pueden serles imputados al Estado. Nunca el Estado ha patrocinado ese tipo de cosas, ni las ha tenido como parte de su política".
No piensa Esguerra que se esté perdiendo la guerra, desencadenada con mayor intensidad el 30 de agosto. "La guerra no comenzó el 30 de agosto, sino hace 40 años, y no ha parado. Todo esto es repetición. Nos hemos metido a fondo a la política de destrucción de laboratorios y cultivos, contra algo que llevaba ocurriendo durante 15 años sin que nos dieramos cuenta o dándonos cuenta, pero mirando para otro lado".
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