El Gobierno británico decide suspender, el sacrificio de reses por el mal de las 'vacas locas'
Bruselas reconoce que apenas realizó inspecciones sobre las exportaciones
El Gobierno británico decidió ayer "congelar" de momento el programa del sacrificio de 147.000 vacas acordado por los jefes de Gobierno de los Quince, en la cumbrede Florencia, el pasado junio. En un comunicado difundido anoche, Downing Street recalca que "nuevas evidencias científicas" aconsejan no. proceder al sacrificio de las reses, si bien el Gobierno británico se compromete a retomar esa opción si se producen nuevas aportaciones científicas que así lo aconsejen. La Comisión Europea reconoció también ayer que apenas realizó inspecciones in situ sobre el cumplimiento, por el Reino Unido, de la prohibición de exportar carne vacuna.
Tras dos horas de debate, el comité gubernamental británico que sigue la evolución de la crisis de las vacas locas, presidido por el primer ministro, John Major optó por la decisión más práctica para Londres: ganar tiempo. El Gobierno británico se agarra como a un clavo ardiendo al informe publicado el mes pasado por un equipo de epidemiólogos y expertos en encelopatía bovina espongifárme (EBE) de la Universidad de Oxford, según el cual la incidencia de la enfermedad ha tocado techo y en cinco años la epidemia desaparecerá por sí sola, sin necesidad de un sacrificio masivo de reses. Bruselas, sin embargo, había insistido en la necesidad de que Londres cumpla el laborioso acuerdo alcanzado en junio. En aquella ocasión, el Reino Unido aceptó aumentar de 22.000 a 147.000 las vacas que habrían de ser sacrificadas para erradicar una epidemia que ha desestabilizado el mercado del vacuno en toda Europa. El comunicado de Downing Street señala que la decisión tomada ayer de incumplir el acuerdo no representa un abandono del marco de actuación aprobado en Florencia. Londres ha recurrido a la letra pequeña del acuerdo firmado en la cumbre donde se recogía la posibilidad de modificar el plan de erradicación de la encefalopatía bovina espongiformel a la luz de nuevas investigaciones científicas.La previsible reacción de Bruselas no ha detenido al Gobierno conservador británico a la hora de rectificar en este delicado tema cuando se cumplen hoy seis meses del estallido de la crisis de las vacas locas, al reconocer la posible conexión entre la encefalopatía bovina espongifórme y una nueva versión de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que afectaba a doce pacientes, once de los cuales han fallecido.
La polémica provocada por la crisis de las vacas locas ha alcanzado también a la familia real británica. En una conferencia pronunciada ayer en Londres sobre las ventajas de los cultivos orgánicos, el príncipe de Gales se refirió al problema de la EBE, culpando a la sociedad en su conjunto por haber atentado contra la naturaleza, provocando así un terrible contraataque.Vigilancia europea
La Comisión Europea reconoció ayer que apenas realizó inspecciónes sobre la prohibición de exportar carne vacuna por parte del Reino Unido. Entre 1991 y 1994, La Comisión Europea no realizó ninguna inspección, dijo ayer un alto funcionario a la commisión de investigación creada por el Parlamento Europeo. El representante de la UE atacó: la culpa principal es de Londres, y la! otras se reparten entre la Comisión, el Parlamento y los Gobiernos de la UE.
"Quizá la, Comisión podría haber hecho más en cuanto a la inspección y el control de las decisiones" prohibicionistas tomadas desde 1989, se autocriticó de entrada Lars Hoelgaard. responsable desde 1989 del asunto de las vacas locas en la Comisión y actual mano derecha del comisario de Agricultura, Franz Fisehler. Quizá sobró el "quizá". Bruselas sólo realizó tres inspecciones en el Reino Unido, y ninguna más hasta mayo de 1994, mientras la enfermedad, se multiplicaba.
El alto funcionario se escudó también en que los equipos de inspección eran "extremada mente limitados". Hasta tal pun to lo eran que sólo contaban con 12 profesionales, que recientemente han pasado a ser 30. Pero la Comisión dictó muchas normas y lanzó muchas propuestas que le tumbaron los Gobiernos durante esos años, el Comité Ve terinario discutió el asunto 60 veces desde febrero de 1989 has ta el pasado marzo, y el Comité, Científico Veterinario, 33, recapituló.
Algunas de estas explicaciones irritaron a la comisión investigadora. "No es con reuniones, sino con inspectores como se controla una plaga", contestó uno de los parlamentarios. Otro preguntó qué, habían hecho los 12 *inspectores durante los tres años y medio (1990 a 1994) en que no visitaron el Reino Unido. La Comisión volvió a negar -antes de conocerse la decisión del Gobierno británico- que vaya a darse otra "marcha atrás"- en el plan de sacrificio selectivo impuesto a Gran Bretaña para erradicar la enfermedad, saliendo al paso de las informaciones recogidas por la prensa británica en este sentido.
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