Aznar proyecta viajar a Washington en febrero
El rechazo, el jueves, por un Gobierno español de centroderecha de una petición norteamericana para que los aviones F117 A hicieran escala en la base de Morón camino del Golfo es, aparentemente, sorprendente. El presidente José María Aznar proyecta su primer viaje a Washington en febrero y la semana pasada aseguró que era un aliado "leal y serio" de EE UU.Antes de que empezase ayer el Consejo de Ministros, varios miembros del Ejecutivo intercambiaron puntos de vista sobre la oportunidad de la decisión que tomó el jueves ministro de Defensa, Eduardo Serra, sin consultar con Aznar hasta ayer por la mañana, según fuentes de su entorno.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo titular se encontraba de viaje en Hungría con los Reyes, quedó marginado del proceso de toma de decisión de la que fue prácticamente informado a posteriori. El ministro, Abel Matutes, viaja el próximo fin de semana a Nueva, York para asistir a la Asamblea General de la ONU y, hasta la fecha, no ha conseguido una cita con el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher.
En contra de la interpretación que buena parte de la prensa dio la semana pasada de sus palabras, Aznar rehusó comprometerse el 4 de septiembre, en una rueda de prensa en Santo Domingo, a aceptar una solicitud de EE UU para que su fuerza aérea utilice las bases conjuntas. Tras reiterar su lealtad a Washington, precisó que si las condiciones fuesen idénticas a la guerra del Golfo, de principios de 1991, tomaría la misma decisión que él, dijo, ya preconizó entonces y fue finalmente adoptada por el Gobierno socialista.
Hace cinco años, los bombarderos B-52 norteamericanos llevaron a cabo 294 ataques contra Irak desde España, además de la utilización intensiva de las bases para transporte de tropas y material hacia Arabia Saudí. Hace 10 años, en cambio, el Ejecutivo socialista denegó el sobrevuelo del territorio español a los cazabombarderos norteamericanos F- 111 que desde el Reino Unido fueron abombardear Libia aunque sí pudieron ser abastecidos en vuelo por aviones nodriza estadounidenses KC-135 que despegaron de la base de Zaragoza.
"Para el Gobierno Aznar, la actual situación en Oriente Próximo se asemeja más a la segunda que a la primera", comenta un alto cargo de la Administración que ha seguido de cerca el asunto. Si la semana pasada el Cuartel General del Aire sí concedió una autorización rutinaria para que otros cazabombaderos menos sofisticados hiciesen escala en Morón, en el camino hacia el Golfo, fue por un "despiste". No alcanzó a comprender el especial alcance de aquella petición norteamericana y, en consecuencia, no la remitió a instancias superiores para que se pronunciasen.
Entre las razones que han incitado al Ejecutivo a desestimar la solicitud figuran, aparentemente, el deseo de no disociarse demasiado de los socios de la Unión Europea, que en su mayoría han sido moderadamente críticos con EE UU; la carecencia de mandato de Naciones Unidas para llevar a cabo la operación contra Irak; la preocupación por no suscitar reacciones hostiles en el mundo árabe y el carácter masivo y brutal del próximo ataque que, según el Pentágono, será "desproporcionado".
España necesita, sin embargo, el apoyo de Washington para lograr en la nueva estructra militar de la OTAN, que quedará diseñada, a grandes rasgos, a partir de diciembre, un papel adecuado a su peso político.
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