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Major anuncia la revisión del programa para erradicar la enfermedad de las 'vacas locas'

Londres quiere abandonar el sacrificio de 120.000 reses impuesto por Bruselas

El Reino Unido se dispone a un nuevo pulso con la Unión Europea en la aparentemente interminable crisis de las vacas locas. La prensa británica adelantó ayer que Londres sopesa seriamente un aplazamiento sine die del plan de sacrificar más de 125.000 reses, acordado en la cumbre de Florencia de junio pasado. Y el primer ministro británico, John Major, confirmó ayer que la revisión de dichas medidas -consensuadas entre su Gobierno y la UE para erradicar la enfermedad- se hace imprescindible tras las últimas investigaciones.La CE replicó de inmediato que mantener la erradicación es parte esencial de un posible ' acuerdo para levantar gradualmente el embargo que pesa sobre el ganado británico desde marzo pasado, informa Reuter.

Londres se arriesga así a sufrir indefinidamente el embargo. Major se negó a precisar si su Gabinete, que discute hoy el tema, optará por reducir el número de reses a sacrificar o por abandonar la medida. "Que nadie espere decisiones fulminantes", se limitó a decir el primer ministro, "pero es normal que se reexamine la situación". Major precisó cautelosamente que desearía evacuar consultas con la UE antes de decidir.

Las últimas semanas han aportado datos que modifican los conocimientos sobre los que se basó el acuerdo de Florencia, que vino a cerrar una de las más graves crisis políticas entre la UE y Londres, al ofrecerle un calendario para levantar el embargo a cambio del sacrificio de parte de la cabaña. En primer lugar, la evidencia, publicada el mes pasado, de que la encefalopatía bovina puede ser transmitida por las vacas a sus crías, ha despertado inquietud en Bruselas y en Europa. Ese simple dato había ensombrecido las perspectivas, apuntadas por Major, de un punto final para Navidades. En segundo lugar -y Londres se aferra a este dato desesperadamente- una investigación de la Universidad de Oxford y hecha pública hace dos semanas pronostica el fin de la epidemia para el año 2001, sin necesidad de matanza alguna.

Costes políticos

Con ambos datos sobre la mesa, el Gobierno conservador británico parece valorar los costes políticos de seguir adelante con el sacrificio de miles de reses, claramente impopular, sin que ello garantice el fin del embargo.

La ausencia de nuevos casos de la versión humana de las vacas locas -tras la confirmación de los 12 casos que despertaron la alarma sobre una probable conexión entre una nueva versión de esta enfermedad y el consumo de carne infectada- ha dado un pequeño respiro a Major. Aún así John Patteson, presidente del comité asesor del Gobierno sobre la enfermedad, reconoció el martes que sería prematuro aceptar estos datos como prueba de que no hay riesgo de una epidemia en el Reino Unido. De hecho, la alarma permanece en toda Europa: de ahí la gravedad que entrañaría dar marcha atrás en la erradicación.

Ayer, el anuncio de la revisión provocó reacciones encontradas en las fuerzas políticas. El portavoz laborista de Agricultura, Gavin Strang, se mostró alarmado por una decisión que significa "abandonar la batalla por el levantamiento del embargo de las exportaciones" de vacuno. "Es vital, para nuestra industria cárnica y para los miles de puestos de trabajo que dependen de ella, que se reanuden las exportaciones de vacuno y de derivados del vacuno", dijo Strang. La Asociación de Ganaderos recibió con alivio la noticia, aunque señaló que cualquier retoque en las medidas aprobadas debiera ser consensuado con Bruselas. El valor de las exportaciones británicas, antes de la crisis, rondaba unos 100.000 millones de pesetas. En todo caso, la revisión de la erradicación no afecta a las vacas de más de 30 meses, cuya comercialización está prohibida. De hecho, la eliminación e incineración de los cadáveres de éstas reses ha estado marcado por el caos desde un principio. Las incineradoras no han dado abasto para cumplir con los plazos del Gobierno, provocando las quejas de los ganaderos, obligados a alimentar a animales no aptos ya para el consumo.

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