Coro en contra del diálogo
"La guerrilla por una parte envía cartas de amor y por otra prepara ataques aleves contra la fuerza pública", dijo sin esconder su enojo el ministro de Defensa, Juan Carlos Esguerra. El pasado miércoles, durante el llamado Foro por la Paz, se escuchó por un equipo de radio la voz del máximo comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el sacerdote español Manuel Pérez, apelar a que "a través del diálogo" se ponga fin a los ataques de su grupo a la infraestructura petrolera del país. El Gobierno vio con buenos ojos la propuesta.Una semana atrás, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hicieron llegar al Gobierno una carta con una larga lista de exigencias como camino para llegar a la paz. Las dos propuestas revivieron un debate que por meses estuvo congelado, dado que la guerilla afirmaba que no negociaría con un Gobierno débil como el del actual presidente, Ernesto Samper. Se escucharon, como siempre, posiciones a favor y en contra del diálogo. "Yo no me sentaré en la misma mesa con un cura extranjero asesino", dijo el comandante del Ejército, general Harold Bedoya, refiriéndose a Manuel Pérez.
Ayer, después del horror de la jornada sangrienta, las voces en contra del diálogo ahogaron las favorables. Muchos políticos apoyaban una solución autoritaria al estilo Fujimori para oponer fin al terrorismo. "Dialogar es, más que repugnante y deprimente, vergonzoso", editorializaba ayer el diario El Tiempo. "Es costumbre de los bandoleros firmar con sangre sus propuestas de paz", recordaba el diario, para el que el interés de la guerrilla con su arremetida es presionar para que se acepten sus exigencias.
El presidente Samper, que el sábado al mediodía propuso una agenda para lograr "acuerdos parciales de vigencia inmediata" con los grupos alzados en armas, aseguró por- la tarde que no hay "clima para ir a la mesa de negociaciones". "Si lo que pretenden los subversivos es que se detengan las operaciones en el sur [contra los cultivos de coca], éstas no se van a detener", afirmó categórico.
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