Irak desafía a Occidente al tomar la 'capital' kurda
12.000 soldados, apoyados por blindados y helicópteros, invaden la 'zona de exclusión'
Tropas iraquíes -cientos de carros de combate, blindados, helicópteros y unos 12.000 soldados- capturaron ayer el principal bastión del movimiento kurdo apoyado por Irán en el enclave montañoso, al norte del paralelo 36, bajo la protección de fuerzas norteamericanas. Fuentes fiables dijeron que la bandera iraquí ya ondeaba anoche sobre la plaza principal de Arbil, la capital kurda (774.000 habitantes), tras 10 horas de encarnizados combates con guerrilleros de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK) de Jalal Talabani. Sadam Husein, el presidente iraquí, no parecía preocupado por la reacción de EE UU ni por las denuncias de sus vecinos y adversarios, que le acusan de fomentar una nueva guerra entre los kurdos y reavivar el odio hacia Irán.
Se trata de la primera acción militar iraquí en el norte del país desde que fue impuesta en 1991 la zona de exclusión por los aliados occidentales en la guerra del Golfo, cuya mecha encendió el dictador iraquí tras la invasión de Kuwait por sus tropas. Bagdad dijo que estaba actuando a petición directa del Partido Democrático Kurdo (PDK) de Masud Barzani, la facción que desde hace un mes libra combates contra la UPK de Talaban¡ por el control político y económico del norte del país.Mientras, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, declaraba en Bagdad que se trata de "una operación limitada", columnas de carros de combates iraquíes, cientos según algunas fuentes, con la bandera del PDK avanzaban a cañonazos sobre Arbil, así como unos 12.000 soldados iraquíes, según fuentes de las Naciones Unidas. Los escuetos informes extraoficiales elevaban las bajas militares y civiles a un centenar de muertos. Un funcionario de la ONU en la propia Arbil indicó que al menos una decena de civiles murieron en una fábrica y una casa alcanzadas por un bombardeo.
Fuentes del PDK, que combaten apoyados por las tropas de Bagdad, denunciaron ayer la entrada de tropas iraníes unos 40 kilómetros dentro de Irak. "Han establecido su cuartel en Chuman", dijo un portavoz. Estas tropas parecen perseguir a los milicianos de la organización irani Moyahidin Jalq (Luchadores del Pueblo), que tiene sede en Irak, y que participan en los combates de ayer junto al PDK.
Anuncio de retirada
Un portavoz oficial iraquí señaló ayer que sus tropas se retirarán "en breve" del norte de país. "De acuerdo con el plan de ayuda y apoyo a Masud Barzani y sus camaradas en la resistencia que mantienen frente a la agresión iraní... nuestras tropas volverán a sus antiguas posiciones en un breve período de tiempo", indicó ayer un portavoz en nombre del Mando Revolucionario de Irak.La ofensiva iraquí desencadenada ayer al amenecer amenaza con provocar un enfrentamiento entre Irak y las fuerzas aliadas (EE UU, Francia y Reino Unido) que controlan la zona desde la guerra del Golfo, en 1990-91. Las fuerzas iraquíes tienen prohibido cruzar y mantener una presencia militar al norte del Paralelo 36. Al mismo tiempo, la acción iraquí plantea un abrupto recrudecimiento de las tensiones con Irán, todavía latentes a pesar del armisticio de 1988 que puso fin a la devastadora guerra entre Teherán y Bagdad.
"Centenares de carros de combate y blindados iraquíes están atacando en estos momentos Arbil. El bombardeo es feroz. El PDK está luchando junto con los iraquíes", declaraba ayer a mediodía Talabani. "Hay un gran número de bajas. Se combate encarnizadamente. Los iraquíes han conseguido entrar en un suburbio de Arbil y ahora están tendiendo un cerco blindado", agregó. Talabani aseguró que Sadam Husein se apresta a atacar otras ciudades del "Kurdistán libre", una vez que haya tomado Arbil, capital y sede del Parlamento autónomo kurdo, desafiando a las fuerzas aliadas que protegen la zona de exclusión establecida por los aliados.
Horas después, una fuente kurda en Londres, que mantiene permanente contacto con los líderes kurdos, dijo que "Arbil ya está en manos de Sadam Husein y la bandera iraquí ondea en la plaza principal. La clave es cómo van a reaccionar los aliados. Difícilmente van a bombardear toda una' ciudad o atacar una provincia de más de un millón de habitantes para expulsar a los invasores".
En medios próximos al PDK se dijo anoche que Barzani, una vez instalado en Arbil, seguramente pedirá el repliegue de las unidades iraquíes. Pero varios analistas árabes afirman que Sadam Husein podría aprovechar la inactividad aliada para consolidar posiciones.
Bagdad acusa a Talabani de provocar los últimos combates en sintonía con supuestos planes curiosamente coincidentes de EE UU e Irán, abiertamente enemistados tras la decisión de Washington de penar el comercio con Teherán, a quien acusa de patrocinar el terrorismo internacional. La prensa oficial iraquí intensificó en días pasados su retórica antinorteamericana, aconsejando a Washington "no meterse en los asuntos iraquíes". El diario Al Zaura señaló el viernes: "La codicia del régimen de Teherán está en consonancia con los agresivos objetivos de EE UU contra Irak y su pueblo".
El viceprimer ministro, Tarek Aziz, el ministro de Exteriores, Mohammed Said, y el ministro de Información, Abdel Ghani Abd-al-Ghafur, han formulado en los últimos días declaraciones incendiarias contra EE UU, Irán y Talabani, a quien acusan de "traición". Talabani trabaja desde hace meses en estrecho contacto con las dispersas coaliciones de la oposición en el exilio para intentar derrocar a Sadam.
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