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Entrevista:

"No queremos alarmar, sino informar del riesgo"

Gonzalo Robles, de 37 años, ha encontrado su campo de batalla: las drogas de síntesis, y parece haber ganado en su bautismo de fuego. El nuevo delegado del Plan sobre Drogas denunció el pasado lunes, como uno de esos productos, el Herbal Extasis, tras haber detectado su venta en puntos de San Sebastián e Ibiza. Aunque la policía no ha decomisado aún las pastillas, el Ministerio de Sanidad ha ordenado inmovilizar las existencias. Y el pasado viernes, Luis Otero Aira, presidente de la asociación cultural donostiarra Sorgin Zorrotz, que comercializaba el Herbal, se mostró dispuesto a colaborar con el Plan y a que se analizaran los comprimidos.Pregunta. Su denuncia parece haber generado alarma social. ¿Era su propósito?

Respuesta. No queremos en absoluto alarmar, sino informar del riesgo. Nuestra campaña no se centra en el Herbal, sino sobre el fenómeno de las drogas de síntesis, cuyo grado de extensión entre los jóvenes, y más en verano, es importante, y que han causado ya en España cinco muertos. Lo que más me importa es que un adolescente sepa el riesgo que asume al tomar una sustancia. El éxito del Plan depende de informar de las cosas que sabemos.

P. Pero si, tras la denuncia, no hay intervención de la mercancía, ¿qué se consigue?

R. De momento hemos logrado que el Herbal desaparezca de los puntos de venta. La vigilancia hará, que, si reaparece, sea decomisado. Sospecho que lo que va a pasar va a ser que el producto irá a partir de ahora por circuitos no transparentes.

P. ¿De quién depende ahora la solución?

R. De la Fiscalía Antidroga, de Sanidad, de las comunidades autónomas, en cuyo conocimiento se puso el tema antes de hacerlo público a los medios de comunicación, y que ya se han puesto en marcha. Pero mucho me temo que no va a ser fácil encontrar las pastillas: se esconderán por caminos torticeros. Nosotros tenemos informes de que hay más puntos de venta, pero no podemos por ahora hacerlos públicos.

P. Parece haber cierta descoordinación administrativa: hay estupefacientes, como el GHB, que pese a sus efectos no tienen la consideración legal de droga y por tanto no son perseguibles.

R. El problema con las drogas de síntesis es que son muy fáciles de mutar y barata de fabricar. Sabemos, que nos vienen de Holanda, del Reino Unido, de industrias farmacéuticas reconvertidas del Este de Europa. Tenemos que ir por delante del fenómeno. Sobre todo interesa que consumir estas drogas no se conviertan para los jóvenes en modelo de conducta, en medio de una gran desinformación.

P. Ese empeño con las drogas de diseño, ¿no puede hacer olvidar que el gran problema sigue llamándose heroína?

R. No es misión del plan establecer graduación entre las drogas, hablar de duras y blandas, porque induciría a cierta gente a pensar que uno puede controlar el riesgo al consumir según qué droga.

P. Pero puede dar la impresión de que el Plan considera que la heroína es problema de población marginada.

R. La heroína, desgraciadamente, sigue siendo una de las prioridades. Lo que pasa es que lleva aparejados problemas sanitarios, como el sida, o de conflictividad social. Pero vamos a priorizar los programas de metadona: no sólo distribuirla, sino que haya posterior apoyo psicológico. Antes de fin de año queremos que haya programas de metadona en el 100% de las cárceles; ahora los hay en el 70%.

P. El Plan tiene que ver con Interior, Sanidad y Asuntos Sociales. ¿Cuál le parece a usted el pilar básico?

R. Los tres. Es un modelo integral, que nos copian en el extranjero. Pero la ventaja de que esté en Interior es que este Ministerio es claramente estatal, no sujeto a transferencias.

P.¿Las transferencias a las autonomías son una dificultad?

R. Obligan a un mayor esfuerzo de coordinación. Pero para eso está la Interautonómica, un organismo que en su próxima reunión en septiembre aunará criterios preventivos comunes a todas las autonomías, pactados entre todos.

P. ¿Qué novedades desea en el aspecto represivo?

R. Será básica la Oficina Central Nacional, que permitirá coordinar las labores de vigilancia de los diferentes cuerpos de seguridad, unificando sus bases de datos. Está claro que España tiene que defenderse de las mafias, y vamos a trabajar en romper esas organizaciones. Pero cambiaremos la estrategia: no puede confiarse en que, partiendo de un decomiso, se llegue al tramo final, al blanqueo de capitales. Por eso, coordinando las informaciones aportadas al Banco de España y a la Agencia Tributaria por las entidades financieras, se tirará del hilo. Estamos trabajando en especialización de unidades policiales, y regularemos jurídicamente la figura del agente encubierto: queremos que conozcan las organizaciones mafiosas desde dentro, pero rechazamos el modelo americano de provocar acciones delictivas para poder reprimir.

P. ¿Se va a insistir en la línea represiva en la venta de alcohol a menores?

R. No habrá más restricciones. Lo que hay que hacer es cumplir la ley, frenar el abuso de alcohol entre menores de 18 años, y necesitamos la colaboración de Sanidad y de las Administraciones. Con buenas campañas informativas y formativas sobre el tabaco, ha disminuido el consumo. Con el alcohol puede ser lo mismo.

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