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Entrevista:

"Ahora recibo balazos morales"

Un sólo contacto oficial ha mantenido Ernesto Samper durante su "visita privada" a España: un almuerzo, ayer, con el ministro de Exteriores, Abel Matutes. Pero insiste en que el hecho de no haberse reunido con Aznar, no ha supuesto ningún desaire por parte de éste, pese a las interpretaciones aparecidas en la prensa.Pregunta. ¿Qué busca usted en Europa?

Respuesta. Sólo cumplir un compromiso con el presidente francés para intercambiar opiniones sobre los puntos de interés para los países no alineados en la cumbre del G-7 de Lyón.

P. ¿Por qué no se ha reunido con el presidente Aznar?

R. Nunca fue solicitada esa entrevista. Mi visita es estrictamente privada.

P. Lo habitual es que el presidente del Gobierno reciba a los jefes de Estado latinomericanos, incluso en las visitas Privadas.

R. Entiendo que en el mes de agosto nadie trabaja, y yo no soy quien para violar a los gobernantes de España el derecho a tener unas vacaciones en paz.

P. Da la impresión de que se ha querido dar un perfil bajo a la visita.

R. Eso no es una impresión, sino una realidad. Yo quería disfrutar de algunas horas de intimidad, tras los largos meses de dificultades que he vivido, en compañía de algunos familiares aquí en España, que es en Europa mi segunda tierra.

P. ¿Piensa usted nombrar pronto embajador en Estados Unidos?

R. Sí.

P. ¿Le gustaría que el Gobierno norteamericano cambiase por su parte al embajador en Bogotá, Myles Frechette?

R. Es una decisión de EE UU. Cada Gobierno tiene no sólo el derecho sino también el. deber de verificar el grado de aceptación de sus agentes diplomáticos en los países en los que están destinados.

P. El embajador Frechette, ¿se limita a cumplir órdenes o es que tiene declarada una cruzada personal contra usted?

R. Esa interpretación se deriva de la filtración de un memorándum que supuestamente envió el embajador a Washington y en que se sugerían algunas medidas inamistosas, no sólo contra mí, sino también contra funcionarios de mi Gobierno. Lamentablemente, no me puedo referir a este documento porque es una información no oficial, aunque tampoco es mentira.

P. ¿Se puede gobernar Colombia con la enemistad declarada de Estados Unidos?

R. Se puede, pero no está ocurriendo. Hay un excesivo interés en magnificar el desencuentro que pudiera existir entre Colombia y EE UU sobre algunos temas concretos, como la evaluación de los resultados de la lucha contra la droga.

P. La decisión de retirar del visado al presidente de Colombia, ¿no es ya por sí sola una declaración de guerra?

R. Es una declaración inamistosa, un acto de. indebida presión en los asuntos internos de Colombia que no ayuda para nada al clima de confianza que necesitamos mantener para luchar contra el narcotráfico.

P. ¿Qué opina usted del testimonio prestado ante la comisión de Exteriores del Senado norteamericano por María, la misteriosa testigo encapuchada de la DEA y el senador Jesse Helms, en el que se le relaciona con los narcos?

R. ¿Qué puedo opinar de una testigo que no conozco, que dice haber asistido a una reunión que nunca existió en la que supuestamente se pide un dinero que ella misma dice que nunca llegó? Escomo si a usted le acusan ahora de un asesinato en Japón.

P. Se dice que en Estados Unidos hay pruebas contra usted

R. Si existieran, se deberían haber enviado al proceso que se siguió durante más de un año, de manera pública y transparente, en la Cámara de Representantes" respecto a mi conducta en relación con la financiación de mi campaña.

P. ¿Pero es que también se pone en tela de juicio al Parlamento?

R. No vamos a permitir que se convierta a Colombia en una narcodemocracia. La larga lucha que ha librado el país contra el narcotráfico, los altos costes pagados en vidas humanas y los asesinatos de jueces, periodistas y policías, los atentados a políticos, de los que yo mismo he sido víctima, me relevan de hacer cualquier consideración de defensa frente a este inaceptable señalamiento.

P. ¿Cuántas balas lleva usted alojadas aún en el cuerpo, consecuencia del atentado de 1989?

R. Todavía tengo cuatro y ahora estoy comenzando a recibir balazos morales.

P. Da la impresión de que cada vez está usted más solo.

R. Si algo me ha mantenido a lo largo de este proceso ha sido la solidaridad de más del 60% de los colombianos.

P. Entre quienes parece que le están dejando solo da la impresión de que se encuentra el propio vicepresidente y actual embajador en Madrid, Humberto de la Calle.

R. Es que uno no pide apoyos ni a la señora en la casa ni a vicepresidente en el Gobierno. Se supone que ya están dados.

P. ¿Qué explicación le ha dado de su intención de volver a Colombia?

R. Hemos acordado que mantendríamos, reserva sobre la conversación, porque corresponden al manejo del Estado colombiano.

P. Su anterior delfín, Fernando Botero, está ahora en la cárcel y declarando contra usted. ¿Quién es ahora su número dos?

R. Botero nunca lo fue. Para mí todos los ministros son mis manos derechas en sus respectivas áreas.

P. Su absolución en el Parlamento no ha resuelto la crisis política.

R. Pero comenzó a resolverla. Sin esa exoneración no se hubiera podido comenzar un proceso de reconciliación y gobernabilidad, con la presentación de iniciativas de reformas constitucionales y legales que nos van a permitir superar los factores estructurales de la crisis, como la financiación de las campanas electorales, el aumento de penas a los narcotraficantes, etc.

P. Mañana cumple usted 46 años.

R. Sí, 46.

P. ¿Cumplirá los 47 en la residencia presidencial de Nariño?

R. Los 47 y los 48, cuatro días antes de dejar el cargo.

P. Se dice que hay un clamor porque usted dimita.

R. Eso son calumnias de la oposición. Los factores - reales de gobernabilidad en Colombia están con el Gobierno, y sobre ellos se está montando la propuesta de reconciliación.

P. Lo que está en juego es la responsabilidad política.

R. Claro.

P. Usted dice que' es inocente...

R. Yo no. El Congreso.

P. Pero hubo dinero del narcotráfico en su campaña.

R. Eso no quedó probado en las denuncias de la fiscalía ante el Congreso. Si lo hubiese habido, porque acepto que la hipótesis es válida, la responsabilidad política se debería graduar considerando si eso determinó mi voluntad política de combatir el narco tráfico. Está claro, con los jefes del cartel de Cali en la cárcel, que supuestamente me dieron el dinero, que no hubo conocimiento por mi parte ni ningún tipo de compromiso, que es lo que finalmente determinaría la responsabilidad política en este episodio.

P. Al leer Noticia de un secuestro, de Gabriel García Márquez, se podría pensar que los narcos pueden llegar a la cárcel porque les interesa.

R. Usted se refiere a una etapa distinta, la de sometimiento a la justicia, que incluso, de cierta manera, mantuvo su vigencia en los primeros meses de mi Gobierno. Otra muy distinta es la captura del cartel de Cali en operaciones de la policía colombiana, tras un proceso muy profundo de depuración de sus cuadros, que afectó a 3.200 oficiales.

P. Con las actuales leyes, los capos no se van a pudrir en la cárcel.

R. Lamentablemente es- cierto, pero en el nuevo proyecto se consagra la figura delictiva de formar parte de una organización criminal y se extiende la dinámica de la nueva ley de penas a quienes se compruebe que siguen narcotraficando incluso desde prisión.

P. ¿Qué opina de la reciente excarcelación de dos de los hermanos Ochoa?

R. Se entregaron bajo la ley de sometimiento, que no es de mi Gobierno, y fueron juzgados y condenados por jueces que tampoco actuaron durante mi mandato y, como presidente, tengo que respetar esas decisiones, aunque coincido con muchas otras personas en que las penas que se les aplicaron no eran proporcionadas al daño que infligieron, incluso inferiores a las que pueda recibir en España un correo de la droga.

P. Tal vez la prueba de fuego para que EE UU cambiase de actitud sería que !e volvieran a implantar las extradiciones. ¿Es eso posible, pese a que la actual Constitución lo prohiba?

R. Es una posibilidad como todas las acciones políticas contra el narcotráfico, pero en este momento toda la energía parlamentaria de mi Gobierno se va a concentrar en sacar adelante las leyes sobre penas y bienes para asfixiar a. estas organizaciones criminales. La prueba de ello es que, desde que presenté estas propuestas, he recibido más de 20 amenazas de muerte de los carteles. Esta es la batalla final.

P. Pero a lo que más temen es a la extradición.

R. No me opongo a que se reabra el debate, pero también he dicho con toda claridad que, aun si fuera aceptado por el país, reabrir el tema tardaría un mínimo de dos años, y mi responsabilidad es inmediata. Yo no puedo dar vacaciones a los narcotraficantes entre tanto.

P. ¿Puede Colombia, sola, acabar con el narcotráfico?

R. Mientras los países industrializados no asuman sus propias responsabilidades de cara a la reducción del consumo y la venta de precursores químicos y el lavado de activos que reciclan las actividades de la drogas, mañana el problema estará en Brasil, o en Chile...

P. ¿Es Colombia un país seguro para la inversión exterior?

R. El que va a Colombia sabe qué riesgos corre, que por supuesto estamos conjurando con las fuerzas del orden. Pero, a pesar de la violencia, Colombia tiene una economía muy segura y sólida.

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